Terminar la Titan Desert tras una parálisis cerebral: “Ha sido la mejor rehabilitación posible”
Cuatro expacientes del Institut Guttmann participaron en la exigente prueba ciclista Titan Desert. Entre ellos, Cristian Casals, con parálisis cerebral tras un accidente en bicicleta en 2018

Acabar la Titan Desert després d'una paràlisi cerebral: "Ha estat la millor rehabilitació possible"
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Barcelona
El pasado 7 de mayo, el Institut Guttmann escribió una página memorable en la historia del ciclismo de montaña al completar la Titan Desert 2025. Tras seis días de pedaleo intenso, cuatro pacientes con lesiones neurológicas y cinco profesionales del centro cruzaron la línea de meta, culminando una hazaña que desafió todos los pronósticos. La prueba, compuesta por seis etapas y cerca de 600 kilómetros a través del desierto marroquí, está considerada por muchos aficionados al ciclismo como una de las competiciones más duras del calendario internacional.
Cristian Casals es uno de los cuatro pacientes que han protagonizado esta gesta histórica. Ha compartido su experiencia en el programa Aquí Catalunya, acompañado por Miquel Sarrió, miembro del equipo ciclista y fisioterapeuta del Institut Guttmann.
En 2018, Cristian —productor de cine— sufrió un accidente de tráfico que le cambió la vida por completo. No recuerda nada del momento del impacto, pero ha reconstruido los hechos gracias a los testimonios. Volvía de la playa cuando, en la carretera GIV-6701, entre Monells y Madremanya, un coche conducido por un joven invadió su carril y lo atropelló de frente. “El coche venía muy rápido. Me embistió de cara y salí volando”, recuerda Casals. Tras el impacto, cayó en un campo cercano, gravemente herido. “Ahí empezó mi historia”, afirma. El accidente le provocó una parálisis cerebral, pérdida de memoria, movilidad reducida en el tobillo, una pierna más corta y limitación en la flexión de una rodilla.
Ahora, en 2025, reconoce que nunca habría imaginado poder participar en una prueba como la Titan Desert. “Ha sido la mejor rehabilitación posible, positiva en todos los niveles”, asegura. Después de haber pasado por una recuperación dura y muchas veces solitaria, valora profundamente el haber contado con un equipo humano paciente, comprometido y entregado.
Miquel Sarrió, fisioterapeuta del Institut Guttmann, formó parte del equipo de cinco profesionales que acompañaron a los cuatro pacientes durante la Titan Desert. Fue el fisioterapeuta de Cristian durante su rehabilitación, una etapa de la que Casals apenas conserva recuerdos por las secuelas cerebrales del accidente. Sarrió destaca que la clave del éxito fue el trabajo en equipo: “Lo hicimos todos juntos, dando el 100 y el 200%, incluso cuando uno iba más justo que otro”. Señala que no fue una experiencia fácil, sobre todo por la exigencia del terreno: “Tuvimos muchos altibajos, especialmente por las handbikes” —bicicletas adaptadas que se mueven con el pedaleo de los brazos.
Casals lo recuerda con una gran carga emocional, esforzándose al máximo para no ser un freno para el grupo: “Daba todo lo que tenía dentro de mí para no hacerles ir más lentos”.
Durante el temido tramo de dunas, los cuatro pacientes recibieron el apoyo directo de los profesionales del Guttmann para poder avanzar y superar las dificultades. “Nunca piensas en abandonar, pero sueñas con llegar”, confiesa Casals. Y durante la Titan, tenía muy presente todo el recorrido vital que le había llevado hasta allí: “Mira dónde estás, mira lo que estás haciendo”.
Al hablar sobre los entrenamientos previos, tanto Cristian como Miquel explican que fueron sesiones largas, de seis o siete horas, para acostumbrar el cuerpo a las exigencias físicas de la Titan Desert. Aunque el Institut Guttmann tiene su sede en Barcelona, el equipo lo formaban cuatro miembros provenientes de diferentes puntos del Estado. “Cada uno entrenaba por su cuenta en casa, pero los fines de semana nos reuníamos para conocernos, hacer equipo y detectar tanto nuestras carencias como nuestros puntos fuertes”, explican.
A pesar de la dureza extrema de la prueba, no contaron con apoyo psicológico profesional durante la aventura. En cambio, crearon un fuerte vínculo entre ellos: “Lo resolvimos todo en equipo, siempre juntos”, afirma Miquel, que reconoce que compartir una experiencia vital tan intensa con un grupo tan comprometido hace que se plantee repetirla.
Cristian confiesa que, con el tiempo, ha tomado conciencia de todo el proceso vivido, y de la fuerza que ha necesitado para no rendirse ante “esa voz interior que te empuja a abandonar”. Miquel, como fisioterapeuta de rehabilitación y también ciclista, admite que a menudo se ve reflejado en pacientes como Cristian: “Sé que el accidente que él sufrió lo puede tener cualquiera”. Aunque la experiencia pueda remover emociones profundas —tanto a nivel profesional como personal—, insiste en la importancia de mantenerse a la altura: “Tenemos que estar al 100%, dar lo mejor de nosotros a los pacientes”.
Ambos coinciden en la necesidad de una mayor concienciación social y una mejor educación vial. “Hay gente que se distrae, sale de fiesta y coge el coche”, denuncia Miquel, que también señala la hostilidad hacia los ciclistas como una de las principales causas de la alta siniestralidad en carretera.
Aunque ha vuelto a montar en bici, Cristian admite que no ha pedaleado de nuevo por carretera. Sabe que es una fuente de angustia, porque “cuando estás en la carretera, no controlas el entorno”. Emocionado, resume su relación con la bicicleta: “La bici me quitó la vida, pero ahora me la devuelve multiplicada”. Tiene claro que seguirá pedaleando, por los beneficios físicos y emocionales que le aporta. Anima a todo el mundo a engancharse al deporte: “Para rehabilitarse, para recuperar la ilusión”.
Miquel, por su parte, destaca el componente social: “No es lo mismo ir solo al gimnasio que entrenar en grupo”.
Cristian cierra la entrevista reflexionando sobre el cambio vital que ha experimentado. Antes llevaba una vida muy intensa, marcada por los viajes y el trabajo. Ahora afirma: “Tengo que aceptar la realidad y lo que ha pasado”, y se entrega de lleno al proceso de recuperación, aprendiendo a valorar la vida y a vivirla en positivo.




