Barcelona reduce las terminales de cruceros para limitar el turismo
Se pasará de 7 a 5 terminales, demoliendo las tres más antiguas, y Collboni asegura que quiere reducir un 16% la actividad del sector

Un crucero en el puerto de Barcelona. / Jeff Greenberg

Barcelona
El año 2030 Barcelona tendrá cinco terminales de cruceros: cuatro de privadas y una de pública. En los próximos 5 años se demolerán las terminales A, B y C para construir una de nueva en este espacio que sea más moderna, de gestión pública y con criterios de sostenibilidad.
Es el acuerdo al que han llegado el Ayuntamiento y el Port de Barcelona después de meses de negociaciones. Un pacto que implica, por primera vez, limitar los pasajeros que pueden pasar por las terminales de cruceros en Barcelona, según ha asegurado Collboni. No solo se reducen las terminales, sino que también se limitará en un 16% el potencial número de pasajeros con este cambio. El alcalde admite que las medidas no tendrán efecto inmediato y que no se pone un número máximo de cruceristas, pero que se moldea la infraestructura para poner las condiciones favorables a este descenso potencial de pasajeros.
Collboni ha subrayado que hay que "poner límites y gestionar mejor" el turismo y se ha referido al día de hoy como histórico por poner límites a esta actividad. Ha añadido que la capital catalana aplica recetas que ya son una realidad en otras ciudades con turismo masivo.
"Somos conscientes del debate que hay en Barcelona sobre los cruceros, y el proyecto va en esa linea", ha subrayado el presidente del Port José Alberto Carbonell. El máximo responsable de esta infraestructura ha destacado la modernización de los nuevos muelles y los criterios ambientales que se aplicarán en la reforma.
El alcalde Collboni ha agradecido el "esfuerzo, la empatía y la colaboración" del puerto en todo este proceso. Según ha asegurado, "ha comprendido el impacto de la masificación turística y ha entendido que podemos crecer en sectores sostenibles".
Más de 3 millones y medio de cruceristas al año
Barcelona batió en 2024 su récord absoluto de cruceristas, con 3,6 millones de pasajeros. Estos barcos turísticos llevan años en el punto de mira por parte de sectores de la ciudadanía y de partidos de izquierdas por la contaminación que emiten y las riadas de turistas que llegan desembarcan de golpe, a veces a miles, en el centro de la ciudad para hacer visitas fugaces. Hace años que el Port repite la idea de convertir la capital catalana en un puerto base, es decir, que sea inicio y final de los viajes y no una escala relámpago, algo que conlleva que los visitantes dejen más dinero a los negocios de la ciudad.
En 2018, Ada Colau firmó un convenio con el Port para trasladar las terminales lejos del centro de la ciudad y empujarlas hacia el sur, lejos del núcleo urbano. Durante su mandato intentó, sin éxito, reducir las terminales de cruceros en la ciudad y poner un límite de pasajeros. El acuerdo presentado este jueves está vinculado a las negociaciones que mantuvieron el año pasado el PSC y los Comuns, que tenían como objetivo un compromiso político para reducir de 7 a 5 las terminales de cruceros.

Oriol Soler Pablo
Redactor de informativos en Ràdio Barcelona, especializado exclusión social, vivienda y medio ambiente....




