Jaume Duch, sobre el acuerdo de la UE por los aranceles de Trump: "Es malo para todos; es un paso atrás"

Barcelona

Tras una semana de viaje institucional a Asia, el gobierno de la Generalitat regresa al Palau de la Generalitat con un acuerdo cerrado con una gran empresa automovilística como Chery para establecer un centro de I+D en Cataluña. También se han puesto las primeras piedras para construir una alianza portuaria entre Barcelona y Tarragona y la infraestructura de Yangpu, un puerto situado en la provincia de Hainan que a finales de año se convertirá en franco, es decir, libre de aranceles.

"El mundo pasa cada vez más por Asia", aseguraba el conseller de Acción Exterior, Jaume Duch, en una entrevista en Aquí Catalunya. El ejecutivo catalán considera vital establecer buenos vínculos con el continente asiático, especialmente con países como China, y más ahora, dada la situación "de incertidumbre e inestabilidad" generada por la política arancelaria de Donald Trump.

El conseller ve la diversificación de mercados como una de las soluciones más efectivas ante el contexto actual. El objetivo principal es China, no hay ninguna duda. Ya son dos los viajes institucionales del equipo Illa al gigante asiático con la intención de "promover empresas catalanas" en esta parte del mundo. Duch afirma que "son más de 1.300 las empresas de nuestro territorio que exportan regularmente a China; y más de 300 las que ya están establecidas". La idea es que este número crezca, sobre todo en sectores específicos como el automovilístico, el químico, el de los vinos o el del aceite de oliva.

Más allá, Duch ha mencionado el pacto con Mercosur para abrir nuevas vías de comercio con América Latina, y ha dejado entrever que en los próximos meses "veremos al gobierno visitando otros países". Ha enfatizado esta necesidad porque "el acuerdo arancelario con EE. UU. es malo para todos". Considera que supone "un paso atrás" respecto a una forma de comercio consolidada, basada en "los aranceles del 0% a nivel mundial". Como exdirector general de la Unión Europea, ha intentado quitarle hierro al asunto diciendo que, al menos, este pacto "da certeza y estabilidad a empresarios e inversores".

Ha añadido que "hasta que no leamos la letra pequeña" de este pacto entre Europa y EE. UU. "no podremos determinar su alcance", dejando entrever todo un terreno de oportunidades en caso de que el acuerdo imponga aranceles más altos a unos países que a otros. Y de esto trata el asunto: de ver qué porcentajes impondrán finalmente EE. UU. a cada sector de cada país. En caso de que en otros territorios se establezcan barreras por encima del 15%, Cataluña podría aprovechar el hecho de mantenerse en esta cifra.

De vuelta a los pactos con China, Duch también ha hablado sobre la próxima apertura de una delegación de la Generalitat en el país asiático. La intención es "hacerlo tan pronto como podamos, pero haciéndolo bien", decía. Cataluña cuenta con el apoyo del ministerio de Exteriores del estado y durante los próximos meses se iniciarán los trámites para seleccionar al "delegado más adecuado". Sobre esto, el conseller no considera la apertura de esta oficina como una medida de validación del régimen comunista chino: "el hecho de que se mantengan relaciones diplomáticas no quiere decir que validemos nada".

Finalmente, también ha hecho mención al conflicto en la Franja de Gaza, al que ha calificado de "indigno y contrario al derecho internacional y a un mínimo sentido de humanidad". A pesar de ello, ha declarado no sentirse sorprendido, "sorprendido a medias" -decía-, por el posicionamiento que está tomando Europa al respecto. Justificaba la postura comunitaria en el hecho de que "en materia de política exterior, la UE toma decisiones por unanimidad". Una unanimidad en la condena del genocidio del pueblo palestino que aún no ha llegado a las instituciones europeas, en lo que respecta a la ruptura del Acuerdo de Asociación con Israel.