Las promotoras de rutas de bares se defienden ante la prohibición: "No somos una ruta de borrachera"

Barcelona

Barcelona endurece las normas y ordenanzas para reforzar la convivencia en el espacio público. Ayer miércoles, el Ayuntamiento de la capital catalana presentaba una reforma de la Ordenanza de Convivencia de Barcelona, con una modificación del apartado cuatro del artículo 46. El texto que queda después de la modificación prohíbe la promoción, organización o ejecución de estas rutas de alcohol entre establecimientos de pública concurrencia; todo esto, con el objetivo de garantizar la convivencia ciudadana, el descanso vecinal y la salud pública.

Desde el Aquí Catalunya hemos hablado con Roberto, representante de E-Volve, una de las empresas organizadoras de rutas de bares (pub crawling) en Barcelona. Se muestra rotundo: “No somos una ruta de borrachera”, y remarca que, desde que iniciaron la actividad hace cuatro años, consultaron un servicio jurídico para saber qué podían y qué no podían hacer. Sobre la ordenanza, y en respuesta a las declaraciones de Jordi Badía, presidente de la asociación vecinal SOS Enric Granados en EL PAÍS, Roberto afirma que “prohibir no es la solución”. Subraya que la clave es la comunicación y propone trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento: “En vez de prohibir, incluso podemos ofrecer herramientas para que haya un mejor control”, en relación con la vida nocturna y social de la ciudad.

“Vamos en grupos reducidos de unas 20 personas para que así puedan conocerse entre ellos y bailar de manera adecuada, en un ambiente sano, sin causar molestias a los demás y de forma saludable”, afirma Roberto. También señala el origen del problema: “Existe una dificultad notable entre los jóvenes para relacionarse y conocer gente; por eso existen Tinder y otras aplicaciones”, ofreciéndose como una posible solución. “Cuando la gente se reúne para divertirse de forma sana, para ir a bailar juntos, con una persona responsable a la cabeza, es más fácil que respeten las normas que si van solos por la calle”.

Para acabar, el representante de E-Volve deja claro que esta propuesta también es una solución ante posibles situaciones de inseguridad en la ciudad: “Cuando van en grupo, no van desprevenidos. Cuando los turistas van solos, pueden tener conflictos con los locales, causar desorden, ensuciar, pelearse u orinar en la calle… En cambio, cuando se mueven en grupo no pasa”, y defiende la práctica del pub crawling como una medida de prevención frente a posibles agresiones a chicas que se mueven solas por las calles.