De no poder moverse del sofá a subir al campo base del Everest: "Cuando llegué no me lo creía"
Desde el Pedraforca hasta el campo base del Everest, CIM Project, un club de montaña inclusivo, organiza expediciones para personas con discapacidades y diversidades funcionales

De no moure's del sofà a pujar al camp base l'Everest: "Quan vaig arribar no m'ho creia"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Barcelona
18 pastillas diarias, no poder levantarse del sofá, ansiedad, depresión y dolor constante. Este era el día a día de Lida cuando le diagnosticaron fibromialgia. Doce años después ha conseguido subir hasta 5.300 metros, al campo base de la montaña más alta del mundo, el Everest. No ha sido un cambio instantáneo, han sido años y años de terapia, rehabilitación y mucha fuerza de voluntad, pero ahora por fin puede vivir una vida fuera de la cama, con días buenos y malos, pero con las ganas que había perdido.
En esta expedición rumbo al campo base del Everest iban ella y 30 personas más, con problemas de vista, de corazón o de pulmones. Todos ellos miembros de CIM Project, un club de montaña inclusivo que trabaja para que todo el mundo pueda disfrutar de la naturaleza, independientemente de sus capacidades, y también demostrar que las expediciones extremas pueden funcionar como terapia para muchas de estas personas. Desde el Pedraforca hasta el campo base del Everest, con el objetivo de superarse, Lida y la impusora de CIM Project, la doctora Mayte Serrat, han explicado su experiencia en El Balcó, de SER Cataluña.
La terapia de la montaña
“Cuando llegué no me lo creía”, admite Lida, “pensé: ‘Sí que puedo, he sido capaz’”. Llevaban 15 días caminando con un único objetivo: llegar. Quien capitaneaba esta expedición era Mayte Serrat, doctora en Vall d’Hebron y fundadora de CIM Project, quien en todo momento confió en que lo lograrían. La doctora Serrat ha dejado claro, sin embargo, que esta expedición no pretende dar la imagen de que todas las personas con fibromialgia pueden subir hasta 5.300 metros, sino mostrar que “el sufrimiento para llegar al campo base del Everest es el sufrimiento de estas personas simplemente al levantarse de la cama”. Y que han sido estas personas concretas quienes lo han podido hacer tras “terapia, trabajo constante y control del dolor”.
La terapia trabajada ha estado estrechamente vinculada a la naturaleza. Desde pequeña la doctora Serrat ha estado unida a la montaña: “Siempre me había dado un plus extra”. Y así lo pudo demostrar en su tesis: la terapia hospitalaria tiene más eficacia si se hace en la naturaleza. De ahí nace CIM Project: “Cuando acabamos la terapia les propuse a las pacientes salir a caminar y la respuesta fue sí”. Así empezaron a reunir personas con diferentes problemas de salud que querían superarse a sí mismas.
Ha sido un año y medio de preparación hasta llegar al Everest y mucha organización para no echarse atrás; eran 30 personas, muchas de las cuales nunca habían hecho montaña, ni siquiera habían salido del país. Hubo brotes, días malos y momentos en que se sintieron mal, pero en ningún momento hubo dudas. “Íbamos a batir todos los récords, somos los más lentos, pero llegaremos”, aseguró Mayte.
Segundas oportunidades
CIM Project ha sido una “segunda oportunidad” para Lida, que pensaba que se quedaría sin poder salir de casa para siempre. Ha aprendido a meditar, conocerse a sí misma y priorizar. También ha sido una segunda oportunidad para la doctora Serrat, a quien le diagnosticaron autismo poco antes de iniciar la expedición más dura que había hecho hasta entonces, y también ha tenido que pasar por un proceso. Ella admite que el club inclusivo le ha ayudado muchísimo: “Monté un club para mí misma y no lo sabía”. El agradecimiento de las personas a las que ha ayudado es infinito, pero ella asegura que son estas personas quienes “dan sentido” a lo que hace.
En menos de 48 horas una nueva expedición de catalanes con fibromialgia tomará un avión para ir a caminar por los Dolomitas. Y dentro de unos meses llegará el siguiente gran reto, que se tendrá que votar: el volcán más alto del mundo, Ojos del Salado (6.891 m), o el Kilimanjaro (5.895 m). Lida lo tiene claro.

Laura Polo Dalfó
Redactora, productora, reportera i el que faci falta a El Balcó de SER Catalunya. Graduada en Periodisme...




