Leticia Dolera: "Me gustaría que 'Pubertad' se pudiera ver en los institutos"

La historia está ambientada en una familia castellera. Gira alrededor de un caso de abusos sexuales de niños menores, el más grande de los acusados tiene 14, los otros 13, como la víctima. Todo pasa en una pandilla castellera y, como suele pasar, los padres no se creen que sus hijos puedan ser agresores. Es una ficción, casos así han tenido lugar a la realidad, uno de los más mediáticos fue lo del Màgic Badalona, donde unos menores que violaron una niña de solo 11 años. Aquello abrió el debate sobre los menores inimputables. "El que me interesaba de la parte de los menores inimputables es plantearnos como sociedad: ¿por qué un menor que tendría que estar jugando, está cometiendo un delito? Creo que es la pregunta que nos tenemos que hacer como adultos", defiende la creadora y actriz de 'Pubertad', Leticia Dolera.

Para hacerla, se documentó con psicólogas y expertas, para poder entender y "ponerse en la piel del agresor". 'Pubertad' tiene muchos grados de grises, describe Dolera. El papel que interpreta ella es el de una madre que en un momento pregunta a su hijo si ha tenido nada que ver con una agresión, el niño le dice que no ha hecho nada, "ella se cree su hijo y es cuando empieza a pensar que a veces no todo es blanco o negro, y esto la confronta con sus ideales feministas y las mismas contradicciones".

Le parecía un terreno incómodo, el que defiende que tiene que ser la base de las series de ficción: "Tiene que servir para explorar los terrenos incómodos. Los agresores no son extraterrestres, son nuestros hijos, amigos, hermanos, padres.. Qué hagamos cuando nos toca de cerca?" lanza.

Sobre el argumento de la serie, explica que "la denuncia confronta los adultos, no solo en la relación con los hijos, también la suya con la sexualidad". Se explica: "parece que los adultos lo tendríamos que tener solucionado, porque queremos ser un espejo por los niños, pero no lo somos porque la sexualidad es compleja, sigue siendo tabú, no hablamos. Y a la serie también se habla de esto. No entro en el terreno del delito pero sí del malestar: ¿qué pasa con las relaciones que no eran agresiones pero sí generaban malestar?".

Una serie arriesgada, compleja y que interpela a numerosas generaciones a ojos de Mariola Cubells, pero ¿de dónde nace esto? ¿Por qué esta historia? "Nace hace siete años, hablando con mi productor de un par de casos que habíamos sentido que involucraban a menores. Nos preguntamos si en estas edades son conscientes que están cometiendo un delito, y me generó la desazón porque estos niños son los adultos del futuro", narra. Dolera también habla del legado psicológico, las familias y aquello que todo el mundo recibe de casa suya. Todo ello fue un cocktail, "tenía ganas de hacerme estas preguntas con personajes, con padres e hijos".

El hecho de elegir una pandilla castellera viene de la voluntad de enmarcarlo en la cultura popular, para mostrar la convivencia entre pensamientos conservadores y progresistas, de cómo pueden convivir e inspirarse. "La imagen del castillo era perfecta, era el alma de la serie, porque no solucionaremos el problema de las agresiones sexuales de manera individual sino colectiva", y los castillos lo plasman metafóricamente.

Después de hacer la serie, asegura haber reflexionado mucho sobre la herencia familiar y los patrones invisibles que se transmiten de generación a generación. "Tenemos una crisis de identidad, no sabemos ya a qué grupo formamos parte y como seres humanos necesitamos sentir que formamos parte de la colectividad, de algo más grande que nosotros". Y es en esta pérdida de identidad que Dolera cree que algunos "se han agarrado a banderas y otros, a la masculinidad como grupo de pertenencia".

Por ahora, la serie está disponible a HBO, cada martes sale un episodio nuevo. En la primavera está previsto que llegue al 3cat. "Me gustaría mucho que fuera una serie que pudiera verse en los institutos y sirviera de herramienta, porque la cultura se una herramienta de transformación social", opina.