Hora 25El análisis de Xavier Vidal-Folch
Opinión

Reaccionarios y hortalizas

Es sospechoso atribuir el origen de tus males al otro, en vez de a tu Gobierno, a tu transporte, a tus costes o a tu impericia

El análisis de Xavier Vidal-Folch | Reaccionarios y hortalizas

Madrid

Lo peor del conflicto agrario francés no es que los campesinos asedien París, lo que siempre es una tristeza. Lo peor es el argumento reaccionario de su protesta, que imputa a sus colegas españoles una “competencia desleal” en los precios de sus productos del campo. De entrada, ya es sospechoso atribuir el origen de tus males al otro, en vez de a tu Gobierno, a tu transporte, a tus costes o a tu impericia. De salida, si los demás producen mejor y a menor precio, siempre sometidos a las mismas reglas, ¿Dónde está el problema? ¿Dónde está la deslealtad?

El campo francés produce maravillas, y nutre una gastronomía legendaria. Pero produce también ideología repugnante. Desde siempre. Para los que no habían nacido o no guarden memoria. En 1980, el presidente francés entonces Valéry Giscard d’Estaing impuso una “pause”, una pausa de varios años al ingreso de España en la Europa comunitaria alegando que la Comunidad no estaba preparada: cuando quienes no estaban preparados eran sus agricultores, que se pasaban el tiempo paralizando los convoyes españoles de lechugas a su país.

Y ahora, este primer ministro tan simpático que acaba de inaugurar el desalentado Emmanuel Macron, ha vuelto a paralizar las negociaciones con los países de Mercosur, Argentina, Brasil y demás, por puro proteccionismo de su agricultura cara y desmesurada: ese exceso de protección causa demasiados daños a Europa. Y de paso, a los camiones españoles.

Xavier Vidal-Folch

Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...