La fiebre de verano en Madrid: conseguir hueco en una terraza con vistas
Más de 50 hoteles ofrecen en la capital una oferta complementaria de ocio, cada vez más demandada por los clientes
Madrid
Son las 8 de la tarde. El día comienza a desvanecerse sobre la Gran Vía para dar paso a otra noche madrileña más. Los colores anaranjados del atardecer se entremezclan con los acordes de una melodía electrónica que nadie parece escuchar. Resuena tímidamente entre los murmullos distendidos de los presentes. Una estampa con sabor a verano incipiente que Ysset Boan devora, cóctel en mano, desde una de las terrazas más codiciadas de la capital.
Acaba de aterrizar en Madrid y no ha podido resistirse a probar un plan que ya traía en la maleta antes de salir de Miami. “Hemos venido acá porque los vimos en Instagram y no hemos podido resistirnos. Es espectacular, no me lo imaginaba así”, confiesa antes de dar un trago al Gin Smash que espera sobre su mesa. Ella ha elegido la Azotea del Círculo de Bellas Artes entre otras muchas opciones. Tan solo en la Gran Vía hay más de 15 terrazas que sobrevuelan Madrid a vista de pájaro. Tras esta experiencia, lo tiene claro: “Vamos a visitar más”.
Boan es una de las cientos de personas que cada día sucumben ante unos rooftops, abarrotados, que pueblan los tejados de la capital. Ya hay más de 50 ubicados en las azoteas de los hoteles, según cifran desde la Asociación Hostelería Madrid. Se trata de un concepto exportado de ciudades como Nueva York, que lleva años arraigando en la capital, pero que la llegada del coronavirus ha disparado. “La pandemia ha acelerado este auge por las terrazas. Muchos visitantes van buscando espacios al aire libre”, afirma Héctor Coronel, director general de Turismo en el Ayuntamiento de Madrid.
Coronel explica que esta forma de negocio, sobre todo, es beneficiosa para la red hotelera. Con la apertura de vistosos bares en la última planta de sus edificios, generalmente de más de siete pisos de altura, los hoteles explotan una nueva vía de ocio, que les abre a un público que va más allá de sus propios huéspedes. En el Área de Turismo no tienen registros de estas aperturas, pero Coronel detalla que sí han notado que "muchos de los establecimientos han hecho reformas" para darle una segunda vida a sus rooftops. Antes estos espacios, según Coronel, se usaban principalmente para instalar "los equipos de climatización" o para albergar las viviendas de los directores de los hoteles.
A la altura de Gran Vía, 14, se acaba de desempolvar uno de estos áticos, hasta ahora, poco explotados. Se trata de la séptima planta del edificio recién reformado del SmartRental Collection. Allí se esconde una joya que Rut Ramos, directora de operaciones del grupo, define como "un oasis en pleno caos". A un lado, se ven los remates de las fachadas neobarrocas de la principal arteria madrileña. Al otro, se ofrece una panorámica completa del norte de la capital. "Dicen que de Madrid al cielo y al final una azotea te traslada un poco a ese cielo", apostilla Ramos.
El cliente busca belleza, huir del bullicio de las calles y también un punto de exclusividad, de lujo asequible. Más allá de deleitarse con las vistas, en estos espacios también se puede tomar un exótico cóctel o decantarse por algún selecto aperitivo. En El Jardín de Diana, en la cúspide del Hotel Hyatt, los chefs trabajan en una nueva carta para esta temporada estival. Renovados sabores que competirán con los clásicos, los más demandados, como son los tacos de asado de tira a baja temperatura con chipotle, piña y cebolla roja o el hummus bicolor de garbanzos y remolacha con pan de pita especiado.
Gonzalo Acevedo, uno de los encargados de la terraza, destaca que estas creaciones son "de productos frescos, apetecibles y, sobre todo, diseñados para compartir, porque la gente viene aquí precisamente a eso, a compartir la experiencia". En la extensa carta, los precios oscilan desde los 6 euros en postres como la tarta de queso hasta los 24 euros de la costilla de vaca vieja a la brasa con patata ratte, cebollitas e hinojo. "Es un servicio apto para cualquier público. Aunque, eso sí, es verdad que no vale lo mismo que una Coca-Cola en el bar de al lado de casa. La experiencia lo vale", afirma Acevedo mirando a su alrededor, una acogedora estancia rodeada de vegetación y presidida por una imponente estatua de la diosa Diana.
Los cócteles son la otra seña de identidad de estos establecimientos. Lo saben bien en la Terraza del Hotel Santo Domingo. Cada día varios barman preparan con esmero sus combinados ante la vista de los clientes. Hay para todos los gustos, desde el clásico mojito a otros como el best-seller Pure Garden, al que definen de gusto "afrutado, floral y equilibrado". De estos pequeños placeres disfrutan Ricardo Rodríguez y Marina Bianchi. Esta pareja mexicano-italiana se ha propuesto hacer un tour por todos los sky bar de Madrid. "Casi hemos ido a todas. Nos encanta ver desde lo alto todo, disfrutamos de la ciudad desde otro punto de vista", apunta Bianchi. Llevan haciéndolo ya desde febrero porque algunos, como el del Santo Domingo o el Hyatt, también han adaptado recientemente estos espacios para poder usarlos en invierno.
Cada vez son más las empresas que se decantan por los rooftops para celebrar sus reuniones empresariales. Incluso en algunas de ellas también se organizan otros eventos sociales como bodas. Quedan pocas semanas para verano y los dueños de estos establecimientos se preparan para un temporada frenética. Y por eso avisan. "Al cliente le diría que es preferible que hagan reserva, porque se nos suele llenar bastante. Da mucha rabia dejar a gente sin mesa, pero es que no tenemos para todo el mundo", apunta Acevedo, de El Jardín de Diana, antes de irse raudo a atender a una pareja que justo llega a tiempo para disfrutar de un nuevo atardecer en la Gran Vía.
Minerva Marcos López
Periodista en la sección digital de la SER. Antes en Radio Madrid, el programa 'Hoy por Hoy' y en la...