El juez, al empresario a quien adjudicaba Ana Millán: “¿Fue casual que contratara a su hermana?”
La SER avanza la declaración del principal empresario implicado en la causa contra la alcaldesa de Arroyomolinos y vicesecretaria del PP de Ayuso, Ana Millán. Francisco Roselló , adjudicatario de distintos proyectos y que mantenía relaciones económicas con Millán, admitió que tenía contratada a su hermana pero sostuvo que fue una casualidad
Madrid
El empresario Francisco Roselló, que obtuvo 660.000 euros en adjudicaciones del Ayuntamiento de Arroyomolinos en el periodo en el que la hoy alcaldesa y vicesecretaria de política territorial del PP de Madrid fue concejal de Juventud en el Consistorio, Ana Millán, compareció como imputado el pasado 22 de abril ante el juez.
En su declaración, que avanza la Cadena SER, el empresario que durante ese mismo periodo recibió diversas adjudicaciones del departamento de Millán, al tiempo que le pagaba más de 900 euros al mes, supuestamente por el alquiler de un ático propiedad de la política, admitió que tenía contratada en una de sus empresas a la hermana de Ana Millán, pero afirmó que fue una “casualidad”. Que ni Millán ni él mismo influyeron para la contratación. Francisco Roselló contestó al juez que sus empresas eran muy grandes, alguna de ellas con más de 3.000 empleados, y que él no intervenía en las contrataciones de personal.
La “libreta para regalos”
El empresario reconoció durante su comparecencia que era suya la “libreta para regalos” que le fue incautada por la UCO de la Guardia Civil durante un registro practicado por los agentes, y que el apunte “Ana Arroyo” como beneficiaria de uno de los presentes anotado en esa libreta, se correspondería con el nombre de Ana Millán, pero manifestó que el regalo era de escaso valor. Una lámina conmemorativa tasada en “unos veinte euros” que repartió entre numerosos clientes.
La mala “inversión” con el ático de Ana Millán
El juez mostró su sorpresa durante el interrogatorio por los pagos periódicos realizados por Roselló a Millán. El empresario aseveró que los más de 900 euros mensuales se debían al alquiler de un ático de la política, además del Impuesto de Bienes Inmuebles o el seguro del hogar, pero Roselló subarrendaba después el piso a uno de sus empleados, Joaquín García, por “500 euros al mes más gastos”, con lo que perdía cerca de 400 euros mensuales.
Ante las dudas del magistrado por el aparente mal negocio, el empresario explicó que no intentaba obtener un beneficio a corto plazo sino que se trataba de una “inversión” porque se trataba de un alquiler con opción de compra. No obstante, jamás ejecutó esa alternativa y Millán continuó siendo la propietaria del inmueble. Según Francisco Roselló, tuvo que renunciar a la adquisición del ático por la llegada de la crisis que en 2012 descapitalizó sus empresas.