Pinto realizará un estudio medioambiental de los barrios más próximos al vertedero
El alcalde dice que sus resultados servirán de base para posibles demandas judiciales por parte del Ayuntamiento. También anunció alegaciones al proyecto de Artemisa en La Carpetania de Getafe
Pinto
Diego Ortiz, alcalde de Pinto, va a por todas en la polémica ampliación del vertedero situado en su municipio. Después de tomar la decisión en febrero de renunciar a la vicepresidencia de la Mancomunidad de Residuos del Sur, se sumó al movimiento pinteño contra la ampliación del vertedero y la construcción de nuevas plantas de tratamiento, además de empezar a hablar de que, si fuera necesario, no renunciaría a llevar el caso ante los tribunales.
Pues bien, ahora da un paso más tras aprobar el gobierno local un contrato menor a una empresa para que realice un estudio medioambiental de los barrios de Pinto próximos al polémico vertedero. Ortiz ha contado que se ha adjudicado este trabajo para “el análisis de la zona medioambiental”, con el fin de “intentar evitar que se vuelvan a hacer macro-plantas y para cambiar el sistema de gestión de residuos”, según informa Europa Press.
Los resultados de este informe servirán, en caso necesario, de base para posibles demandas judiciales por parte del Ayuntamiento. Además de este estudio habrá otros dos más. Ambos serán para analizar, uno cuestiones urbanísticas, y otro, el convenio firmado en 1986 por el que la localidad recibiría los residuos de la Mancomunidad del Sur. “De lo que salga en los informes, presentaremos las demandas que consideremos oportunas”, ha dicho.
También ha hablado de otro frente medioambiental en el que el Ayuntamiento se va a implicar de lleno, porque ha anunciado que presentarán alegaciones al proyecto de Artemisa, en referencia a la planta que se quiere ubicar en La Carpetania de Getafe para hacer biocombustible para aviones. Se generará a través de la incineración de las ‘sobras’ procedentes de vertederos y papeleras.
El consorcio Artemisa Sutainable Fuels S.L. ha presentado una solicitud de estudio de impacto ambiental del proyecto ante la consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid. La intención es producir combustible para la aviación, de procedencia fósil, a partir de la incineración de hasta 690.000 toneladas de residuos.