Sociedad

El Hospital Clínico suspende el envío de tratamientos a domicilio a personas con problemas de movilidad

David Espinosa, un mostoleño con esclerosis múltiple y problemas de movilidad, ha tenido que contratar un servicio de mensajería, después de que le invitaran a “hacerse cargo” de los costes

Hospital Clínico San Carlos de Madrid / Hospital Clínico San Carlos

Madrid

David Espinosa tiene 41 años y desde hace 21 convive con la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune y degenerativa que a él, entre otras secuelas, le ha dejado problemas de movilidad. Vive en Móstoles, pero recibe tratamiento en el Hospital Clínico San Carlos, en la capital. Su medicación le permite mantener a raya los brotes que caracterizan a esta enfermedad. Al estallar la pandemia, el hospital comenzó a enviársela directamente a casa para evitar que estos pacientes, vulnerables, se expusieran al COVID-19.

El miércoles 20 de julio David recibió una llamada de su hospital. “Me han dicho que han recibido una orden de Dirección que se suspendía el envío sea cual sea su condición [la del paciente]”, explica. Un portavoz del Clínico reconoce que “una vez superada la fase aguda de la pandemia, el servicio se ha interrumpido” e insiste en la “excepcionalidad” de la decisión de hacer esos envíos a domicilio.

Efectivamente, de forma excepcional, todas las Comunidades Autónomas comenzaron a realizar estas “entregas informadas”, como se conocen técnicamente. Básicamente, “se hace llegar al paciente su medicación a casa y luego se le hace un seguimiento médico telefónico”, explican desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Se trata de compuestos que no se pueden conseguir en las boticas, sino que se suministran a los pacientes directamente desde los hospitales.

“Algunas Comunidades optaron por enviarlos [los tratamientos] a las oficinas de farmacia; otras, por trasladar la recogida a los centros de salud -más próximos al domicilio-; y, otras, como Madrid, por enviarlas a través de empresas de mensajería”, explican desde esta sociedad científica. En el caso madrileño fueron los hospitales los que contrataron de forma descentralizada esos servicios, que en la mayoría de casos se mantienen, vistos los beneficios para los pacientes.

No hay servicio, pero sí un contrato

No es el caso del Hospital Clínico, aunque “se están buscando alternativas para seguir proporcionando ese servicio a los pacientes”, aseguran desde el centro. Lo más extraño del caso es que en el Portal de Contratación de la Comunidad de Madrid sí existe un contrato para que una empresa privada lo preste. Se formalizó el 12 de abril y se adjudicó a COGESA S.L., una empresa especializada en logística sanitaria, por un importe máximo de 46.219,77 euros, impuestos incluidos. Tiene una duración de un año, así que aparentemente debería estar en vigor.

Advertidos sobre esta aparente discrepancia, esta redacción ha preguntado en reiteradas ocasiones a los portavoces del centro, que han respondido una vez se ha hecho pública la denuncia de David. Según aseguran desde el Clínico, "el paso de mensajería de MRW a COGESA ha implicado un cambio de aplicación informática, cuya puesta en marcha ha generado algunos desajustes". Tras adaptar los sistemas, sostienen que "esta semana comenzarán los repartos de forma paulatina". También el pasado viernes se intentó contactar con la empresa que aparece como adjudicataria, pero, a fecha de la publicación de este artículo, tampoco se ha conseguido hablar con ningún responsable.

De momento, lo que es seguro es que David se ha quedado sin ese servicio, cuya interrupción -según la SEFH- solo se explicaría “por razones presupuestarias”. “En caso necesario –insisten desde el Hospital Clínico- los pacientes pueden autorizar a otra persona a recoger su medicación en el hospital, igual que se hacía antes de la pandemia”. No es una solución para este mostoleño, que reside a 26 kilómetros del centro médico: “Vivo solo y me es muy difícil que otra persona vaya a recogerla”, cuenta. “Tampoco -lamenta- me dejan recoger la medicina en el Hospital Universitario de Móstoles”.

David asegura que en esa comunicación telefónica solo le ofrecieron una alternativa: pagar el transporte de su bolsillo. “La única solución que me han dado es que yo me ponga en contacto con alguna agencia de transporte para que vaya a recogerlo al hospital y que sea yo el que me haga cargo del servicio de mensajería”, denuncia. Dicho y hecho. Esta semana David volverá a recibir su medicación en casa. Se la llevará MRW, previo pago, y gracias a que él se lo puede permitir.

Javier Alonso

Javier Alonso

Periodista. Licenciado por la Facultad de Ciencias de la Información de la Univesidad Complutense de...

 
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