Sociedad

Tomás Plaza, 82 años: "Pensaba que una residencia era para seguir viviendo. Aquí, eso no existe"

Familias y residentes denuncian falta de higiene, de personal, mala comida y calor en la residencia pública de Peñuelas gestionada por Aralia. La asociación Pladigmare y el PSOE piden la intervención del centro

La residencia de ancianos Peñuelas / Aralia

Madrid

Tomás Plaza, de 82 años, vive en la residencia de Peñuelas desde hace 9 meses con su mujer. Pensó que "una residencia era para que los ancianos con esa pensión y las tres pesetillas que uno pueda haber ahorrado podía seguir viviendo y le iban a tratar como persona". Así es como inicia su relato de lo que está viviendo en ese centro. Pero "aquí eso no existe. Aquí existe un maltrato en el sentido de que mi mujer es capaz de tirarse una hora y pico llena de caca hasta las narices y cuando localizas a la auxiliar dice que está llevando a los que van a comer en el segundo turno y que eso es más importante. Mi mujer, por culpa de cosas como esta, estuvo ingresada en la UCI con una infección de orina", relata este residente.

Araceli Esteban tiene a su padre, Jesús de 98 años, en ese centro. Cada vez que va a visitarle se queda triste. "Es penoso llegar y encontrarte siempre a tu padre sucio, solo, y mal sentado. Si se duermen y están caídos nadie les levanta y si vas a la sala en la que están, a veces, no encuentras a ningún auxiliar". Su padre padece una demencia que le hace sufrir muchas caídas. Hace unos días un auxiliar le hizo un corte en el brazo, accidentalmente, durante un traslado. Cuando casi tenía esa herida curada, volvieron a darle otro golpe y sucedió lo que relata su hija. "Me tiré más de una hora esperando a que alguien se lo limpiara y se lo tapara. Cuando, finalmente, vino el doctor y había encontrado un apósito le digo que si no se lo limpia y me dice que no dispone de nada para limpiársela. Entonces se la tapó como se la podía haber tapado yo o cualquier otra persona".

Piden la intervención del centro

Desde la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias (Pladigmare) piden a la Comunidad de Madrid que intervenga el centro. "Es una posibilidad que debe actuar la Administración para que se solucione el problema y los mayores estén bien atendidos", dice su presidente Miguel Vázquez. Esta plataforma lleva tiempo denunciando la falta de personal, la mala comida en este centro y el calor, de más de 30 grados, que están pasando algunos residentes durante este verano.

En el PSOE también reclaman a la Consejería de Política Social que tome el control de esta residencia. "Tienen que intervenir esta residencia y tienen que sancionar a la empresa. Nosotros visitamos esa residencia en abril y pudimos constatar que las reclamaciones de las familias y los usuarios son ciertas. La comida es desagradable y escasa, las instalaciones son deficitarias y la atención también. Los propios residentes nos trasladaron que pasaban hambre y que, en demasiadas ocasiones, se quedaban olvidados en el comedor pasando la noche allí solitos", explica la portavoz de Política Social socialista en la Asamblea de Madrid, Lorena Morales.

Esta residencia de Peñuelas, ubicada en el distrito de Arganzuela de Madrid, es de las llamadas de gestión indirecta. Se trata de una residencia pública pero gestionada por la empresa Aralia que, a principios de 2020, fue sancionada por el entonces consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, y propuesta para retirarle su gestión al haber subcontratado a empleados para cubrir bajas de cuidadores, algo que estaba prohibido en los pliegos.

Dos inspecciones al año

Fuentes de la Consejería de Política Social explican que este centro recibe dos inspecciones al año y que, en las próximas semanas, este centro va a volver a ser inspeccionado. Que los menús "están realizados por el nutricionista del centro y supervisados por el médico, siendo adecuados a las necesidades de los residentes". Dicen que se ha realizado un cambio de proveedor que ha "mejorado la calidad de la comida" y que "siempre se elaboran menús adicionales para permitir que los residentes que así lo deseen puedan repetir". Pero que, en cualquier caso, se ha procedido a solicitar al servicio de inspección que compruebe la alimentación de los residentes.

Sobre el calor en las habitaciones, explican que se han instalado aparatos de aire acondicionado portátiles, que se ha reubicado a los residentes en las zonas más frescas del centro y que se ha aumentado la ingesta de líquidos para evitar episodios de deshidratación por lo que, ahora mismo, no tienen constancia de que haya residentes que hayan tenido un episodio de deshidratación que requiera atención médica. Concluyen, en este departamento, que el "personal de atención directa es el exigido en los pliegos".

Elena Jiménez

Soy periodista desde hace algo más de un par...