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La Justicia confirma la pena de 700 años para un pederasta que abusó de 98 menores

La Audiencia Provincial de Madrid le condenó a esa pena en mayo pasado

Agentes de la Policía Nacional detienen a un sospechoso de abusos sexuales a menores. Foto de archivo

Madrid

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ratificado la condena a 686 años de prisión a un pederasta por embaucar a 98 menores de edad a través de las redes sociales o de la aplicación de WhatsApp para mantener relaciones sexuales de distinta naturaleza a cambio de dinero y regalos. Así consta en una resolución, en la que los magistrados desestiman el recurso interpuesto por el condenado y confirman íntegramente la sentencia impugnada de la Audiencia Provincial de Madrid.

Este órgano judicial condenó al acusado en mayo pasado como responsable de siete delitos continuados de abusos sexuales a menores de 16 años con penetración anal o bucal; cinco delitos de abusos sexuales a menores de 16 años con penetración por vía anal o bucal, y dos delitos continuados de abuso sexual a menores de 16 años.

También se le condenó por un delito de abuso sexual a menor de 16 años, 98 delitos de captación y utilización de menor de edad con fines pornográficos, 74 delitos de difusión de material pornográfico a menores de edad, 25 delitos de exhibicionismo, 13 de delitos de corrupción de menores de 16 años y un delito de tenencia de pornografía infantil.

La resolución consideraba probado que el condenado, perpetró los hechos durante el periodo comprendido entre el 9 de noviembre de 2015 y el 3 de septiembre de 2018. A través de redes sociales el acusado contactaba con menores de 16 años con la intención de mantener comunicaciones e intercambios de naturaleza pornográfica con los mismos.

En algunas ocasiones el acusado se hacía pasar por una chica menor de edad con la que los menores,creían que se estaban comunicando con una chica de su edad, acababan manteniendo conversaciones crudamente libidinosas que el acusado impulsaba para producir excitación sexual.

Entonces, enviaba al correspondiente menor fotos y vídeos de una chica menor de edad desnuda, y a su vez solicitaba y obtenía de los menores la remisión de fotos y de vídeos desnudos, centradas en sus genitales.

Ante la resistencia de los menores a mantener relaciones sexuales con un chico, el acusado llegó en algunos casos a ofrecer dinero o regalos a los menores para que accedieran a ello. El acusado logró que algunos menores accedieran a mantener encuentros físicos con él, encuentros en los que mantuvo relaciones sexuales con los mismos.

En otras ocasiones, el condenado se presentaba en redes sociales como un joven menor de edad y lograba de esta manera engañar a algunos menores de 16 años con los que se intercambiaba mensajes de texto crudamente sexuales y dirigidos a provocar excitación libidinosa, así como archivos fotográficos y de vídeo.