La Comunidad de Madrid 'invita' a un residente a irse a un centro privado si no está conforme con los "estándares de calidad"
El director general de Atención al Mayor firma una carta en la que le dice que tiene "mal comportamiento" y conductas de "grave violencia". El residente, Tomás Plaza, explica que lo que ha hecho es "protestar por todo lo que he visto mal"
Madrid
Tomás Plaza, de 82 años, se trasladó a la residencia de Peñuelas (en el barrio de Arganzuela de Madrid) con su mujer en octubre del año pasado. Ella tenía un alto grado de dependencia y él no podía hacerse cargo así que, decidieron que su vivienda fuese este centro que es público pero que está gestionado por la empresa Aralia.
Tomás se ha estado quejando de la falta de personal, de la mala calidad de la comida y ahora ha recibido una carta firmada por el director general de Atención al Mayor y a la Dependencia, Juan José García Ferrer, en la que le dice que si lo considera oportuno "puede solicitar traslado a otra residencia" que tenga plazas concertadas que "crea que se ajusta más a sus necesidades" o que, incluso, por su "disconformidad con los estándares de calidad ofrecidos en las plazas concertadas por la Comunidad de Madrid, puede solicitar traslado a una plaza privada" que se ajuste a sus necesidades y en la que pueda depositar su confianza.
En esa misiva acusan a este residente de que su "comportamiento inadecuado" ha propiciado altercados e incidentes y que tiene una actitud "ofensiva y amenazante" hacia los trabajadores del centro conductas de "grave violencia". Le recuerdan que la Administración regional ha hecho un esfuerzo en materia de recursos económicos y de servicios para atender a las personas mayores muy importante y le instan a que corrija su comportamiento.
Tomás, que ha estado en el pleno de la Asamblea de Madrid en la tribuna del público para seguir el debate de la futura Ley de Servicios Sociales invitado por la diputada del PSOE, Lorena Morales, ha contado después que desde que ha llegado a la residencia no ha parado de sufrir y de ver sufrir a su mujer. "La he visto llena de caca hasta las narices hora y pico y nadie me hacia caso. Ahora recibo una carta para echarme de la residencia amenazándome y diciendo que es por mi comportamiento. Mi comportamiento no ha sido más que protestar por todo lo que he visto mal", ha contado. "No somos trastos, somos personas", ha zanjado. Tomás se ha emocionado desde su asiento cuando la diputada socialista ha pedido un aplauso para él y para las personas mayores que están en las residencias y lo han respaldado los diputados y diputadas del PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.
El caso de Leonor, 92 años
En la misma residencia que Tomás vive desde hace tres meses Leonor, que tiene 92 años. Tiene dificultad para tragar algunos alimentos y necesita comer todo muy triturado, pero dice que, con la comida que les sirven, se queda prácticamente todas las noches sin cenar: “Me ofrecen purés y hay uno que está bueno pero los demás son malísimos. No tienen buen sabor. Anoche mismo me tuve que dejar el que me trajeron porque no podía comérmelo”. Su hija se queja de que le ha notado mucho cambio a su madre desde que no hace esa comida y añade que esa no ha sido la única queja que han transmitido al centro.
“Hay muy poca gente trabajando y ha habido varias veces que no le han dado la medicación que le tocaba. Ella es enferma crónica y necesita ciertas pastillas a una hora concreta, no puede ser que eso se les olvide”. Mientras explica esto, su madre le interrumpe: “Si es que las pobres enfermeras... van todo el día corriendo de un lado a otro, no dan para más”. La familia de Leonor va a pedir su traslado a otro centro porque aseguran que cada vez que ponen una queja les responden vaguedades y dicen estar hartos.
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