Carlos Hipólito: "En este monólogo yo tengo un antagonista que es el público y estoy viviendo momentos preciosos"
Cada viernes “Nos vamos al teatro” con la directora del Teatro del Bosque de Móstoles, María Sánchez, que nos habla de la agenda del fin de semana. Hoy entrevista al actor Carlos Hipólito
Carlos Hipolito: "En este monólogo yo tengo un antagonista que es el público y estoy viviendo momentos preciosos"
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Móstoles
Mañana sábado el Teatro del Bosque de Móstoles será el escenario de Oceanía, el testamento artístico y vital de Gerardo Vera, una figura imprescindible del teatro español de los últimos años yq destacó en múltiples facetas: director, escenógrafo o figurinista, y que estuvo durante siente años al frente del Centro Dramático Nacional.
Carlos Hipólito es el actor que Gerardo pensó para poner en escena su último proyecto antes de que el coronavirus se lo llevara prematuramente, y sin duda el más ilusionante de los miles de trabajos realizados a lo largo de su medio siglo de carrera en pantallas y escenarios.
Carlos Hipólito explica que Oceanía es “el retrato de un país y de una época” y muchos de los espectadores “cuando salen de la función me dicen que les recuerda a sus vidas y todo lo que han pasado”, destaca el actor.
Es el primer monólogo que realiza Carlos en más de cuarenta años de carrera. “En un principio nunca me llamó la atención porque siempre me ha gustado compartir escena con otros compañeros pero estoy disfrutando mucho”, explica Hipólito que destaca que “me lo paso como actor fenomenal. Es muy bonito porque tengo un antagonista muy directo que es el público y estoy viviendo momentos preciosos con mucha empatía con los espectadores. Es un género que me está haciendo descubrir recursos como intérprete después de 44 años de carrera”.
Oceanía es la mirada otoñal de un hombre excepcional que un buen día sintió la necesidad de poner negro sobre blanco la historia de su vida. Cientos de páginas en las que plasmó sin pudor una realidad tamizada por el velo del recuerdo: su infancia privilegiada, la dolorosa ruina de su familia, el nacimiento de su eterno amor por el cine, el descubrimiento del amor, el desgarro del desamor, el compromiso político, el odio al padre, la reconciliación a través de la compasión. Y el germen del teatro, su verdadera pasión que le acompañó hasta sus últimos días.