Cuáles son las señales de alarma para saber si nuestro hijo se acerca a bandas violentas
La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un protocolo en colegios e institutos para prevenir la pertenencia a bandas juveniles
Isabel Serrano, Jefa de Unidad de Convivencia de Vicepresidencia y consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
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Fuenlabrada
La actuación contra las bandas violentas no sólo pasa por el control policial, sino también, y muy importante, por la educación y la prevención, y eso se hace desde la familia y los centros educativos. Aquí es fundamental la información y formación desde edades tempranas. Una actuación que debe dirigirse a padres, niños y docentes. En esa línea trabaja el protocolo para prevenir la pertenencia a estas bandas que la Comunidad de Madrid pone en marcha este curso en los cerca de 2.000 colegios e institutos públicos de la región.
El protocolo comprende la formación específica a los profesores y las familias, a través de escuelas de padres, además de cursos y talleres en los que participen también los alumnos para conocer los peligros de estas organizaciones, o en el caso de los padres y docentes, las señales de alerta ante un cambio de conducta del menor que puede significar su acercamiento a estas bandas y saber cómo actuar. Isabel Serrano, Jefa de la Unidad de Convivencia de Vicepresidencia y de la consejería de Educación y Universidades del gobierno regional, ha explicado a SER Madrid Sur en qué consiste este protocolo.
“Es muy importante la comunicación, comunicar un cambio, preguntar si es normal, porque hay que detectar el problema de forma precoz”. Por eso este protocolo tiene varios pasos. Comenzaría ante una notificación anónima por una sospecha, o certeza, para que el caso se investigue y si se comprueba que puede haber riesgo se procedería a tener un encuentro con el alumno y la familia. A partir de ahí, se haría un “trabajo preventivo en la clase, de ayuda entre iguales, para reforzar la red social, sana, dentro del centro escolar que luego se pueda extrapolar fuera”, afirma. Por último, en los casos más complicados, si no funciona nada de lo anterior, se recurriría a la intervención policial.
Los más vulnerables
Según Serrano los más vulnerables y, por lo tanto, propensos a ser captados por estos grupos violentos, en algunos casos, son menores que han sufrido acoso escolar, “es una manera de decir, ahora esto no me va a ocurrir”, afirma. También son blanco fácil chicos que “tienen una estructura familiar debilitada, están mucho tiempo solos y lo hacen en la calle. Asimismo, estas bandas contactan con ellos a través redes sociales y de determinada música y bailes”.
A todos les atraen con los ideales de protección, “eso de eres mi hermano, somos una familia…” y les atrae la fama, la protección de un grupo y el sentirse más importante ante otros. Y es que según reconoce Serrano “una vez que perteneces a la banda es la protección de la banda frente a cualquier cosa. Son grupos organizados que manejan dinero, drogas, fiestas, alcohol, un mundo que no lo tenían a su alcance y les parece maravilloso”. Por eso es fundamental, como se hará en este protocolo, explicarles los peligros de entrar en estos grupos y lo que supone. “Sobre todo hay que dejarles claro que entrar es fácil y salir de una banda muy difícil”. En este sentido, destaca también la labor que realiza la figura del Agente Tutor en los centros.
Señales de alarma
Serrano señala la importancia de la detección precoz y de darles “herramientas de comunicación, habilidades sociales e inteligencia emocional. La pertenencia a estos grupos es por carencia de otras cosas, por el deseo de popularidad, de tener fuerza, de control y eso te lleva a un sitio del que es muy difícil de salir”
Las señales de alarma, no sólo están en la estética, un determinado color, las bandanas y simbología, sino también en signos como el cambio de amigos y de costumbres. Pero sobre todo, es importante ver cosas como que el menor ha borrado todo lo que tenía antes en sus redes sociales e inicia un nuevo camino, que se aleja de sus amistades, se convierte en una persona menos comunicativa con la familia, pasa mucho tiempo fuera de casa y, por supuesto, tiene absentismo escolar. “Cualquier cosa de éstas es interesante ponerlo en común,
En estos casos, también es importante la labor de los compañeros o amigos, porque son los primeros que ven que “quien era su amigo ha cambiado de amistades, ya no quiere saber nada de ellos y tiene una vida completamente diferente”.
El protocolo regional está dirigido a colegios e institutos públicos, pero igualmente se encuentra a disposición de los privados si lo solicitan.