El COVID que no cesa: "Solo andar me supone un martirio"

La madrileña plaza de Callao esta mañana de sábado se ha llenado de gente y de sillas. Pacientes de COVID persistente se han movilizado para denunciar el abandono que sufren por parte de las administraciones pero a los pocos minutos de llegar muchos se han tenido que sentar en los asientos plegables que traían desde casa porque estaban agotados. Sufrieron el COVID, ganaron al virus, pero no han conseguido borrar las secuelas que les ha dejado: desde problemas cognitivos que les impiden hablar con fluidez, a tumores en los pulmones o parálisis en varios dedos.

Este último es el caso de Lola Marín López, que ha venido a Madrid desde Cádiz para denunciar su situación: "Pasé el COVID con graves problemas pero logré salir. Días después se me quedaron paralizados tres de los dedos de la mano izquierda y a día de hoy sigo igual... me pasan de médico en médico y lo único que me dicen es que he perdido fibras nerviosas pero no saben el porqué. Soy limpiadora y no puedo abrir ni una pinza de ropa. No me quieren reconocer que es COVID persistente, los médicos te lo dicen de palabra pero no por escrito, entonces no puedo pedir la discapacidad laboral. No es mi caso, pero hay gente como yo que está perdiendo su casa... nuestras vidas están cambiando por completo".

Reclaman unidad de criterio a la hora del diagnóstico, clave para que puedan pasar por un tribunal médico y ser reconocidos como incapacitados o discapacitados laborales. Denuncian que son muchos los casos en los que les están dando el alta por no aplicarse los protocolos. Creen además que en Madrid es urgente que se creen unidades específicas para tratar y sobre todo investigar esta patología de la que aún no se sabe nada.