Ana, la madre de la bebé trasplantada: "Después de mucho sufrimiento, la vemos con ganas de vivir"
El hospital de La Paz, en Madrid, ha conseguido completar el primer trasplante del mundo de un intestino de una persona fallecida
Ana, la madre de la bebé trasplantada: "Después de mucho sufrimiento, la vemos con ganas de vivir"
Madrid
"Es muy alegre, es una disfrutona". Ana se refiere así a su pequeña Emma, la bebé de tan solo 13 meses que ha hecho historia al convertirse en la primera persona en recibir un trasplante de intestino de una persona en parada cardiorrespiratoria. La niña nació sin intestino delgado, lo cual provocaba que no pudiera digerir los nutrientes. "Eso sucedió en el embarazo. Tenía un problema. En la semana 32 dio la cara y me dijeron que, en cuanto me pusiera de parto, fuera al Hospital Clínico de Valladolid. Una hora después la intervinieron. Al finalizar la cirugía nos dijeron que no tenía intestino delgado y ahí es cuando aparecimos en el Hospital de La Paz con un equipazo", dice Ana, emocionada.
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Ahora que la niña se recupera de ese trasplante poco a poco, su madre rememora cómo fueron los meses previos a recibir la donación: "Fueron meses largos y duros. Estuvimos seis meses ingresados desde que nació Emma. Fueron muy duros hasta que apareció la noticia trasplante".
La posibilidad del trasplante llegó y, aunque se trataba del primero del mundo efectuado con un órgano de una persona en asistolia —es decir, en parada cardiorrespiratoria—, sus padres no dudaron: "Era eso o un final fatal. Nos tiramos de cabeza".
Tras la operación, finalizada con éxito, Emma se encuentra en casa con sus padres. "Después de muchos meses de sufrimiento, de ver a tu hija así, pendientes del teléfono para esa gran llamada… ahora mismo estamos encantados y tranquilos. Está feliz, cogiendo peso y con ganas de vivir", reconoce su madre, que recuerda todavía los duros meses que pasaron esperando una solución para su hija.
Emma está feliz, contenta, con ganas de comer y disfrutando de cada gramo de peso que coge, tal como relata su madre. "La niña está eecuperada totalmente. De hecho, no nos dieron el alta hasta que estuvo bien. Hay cositas que rematar: tiene aún alimentación parenteral, pero en unos meses nos la quitarán y vida normal", dice Ana.
La madre de Emma se muestra feliz, agradecida y especialmente contenta por ver cómo su pequeña crece cada día y, poco a poco, se quedan atrás los momentos en los que parecía que el caso de su hija era imposible. "Solo puedo decir una cosa: viva la sanidad de calidad", dice Ana, agradecida a los equipos sanitarios que atendieron a su hija y que han conseguido que, con tan solo trece meses de vida, haya podido salir adelante.
Primer trasplante de un intestino de una persona fallecida