Adrián Rivera: “La continuidad de jugar a fútbol no era porque me viera yo bueno, sino porque me gustaba”

Alcorcón

Uno de los campeones europeos Sub-19 de fútbol sala salió de Alcorcón. Él es Adrián Rivera y tiene tan solo 20 años. Empezó a jugar cuando era pequeño, como una actividad extraescolar más. Jugaba en el club del colegio, después se fue al club Parque de Lisboa y poco a poco fue mostrando las cualidades y destellos que le han hecho llegar donde está ahora mismo, en el AD Sala 10, en Zaragoza.

El primer entrenador que tuvo fue el que dijo a sus padres que “su hijo podía hacer algo jugando a fútbol sala, porque era bueno”, explica el jugador. Los padres de Adrián confiaron por completo en la palabra del entrenador, entonces le hicieron caso y le cambiaron de club, para comenzar su carrera como futbolista.

Pasó por otros equipos, como el Leganés B, antes de llegar al AD Sala 10, en Zaragoza. Él siempre confió en su destreza como jugador de fútbol sala y además explica que “al principio siempre he tenido un plus con la fuerza”, ya que al tirar era una gran ventaja frente a los porteros más pequeños que él. A medida que avanzaban las categorías esta cualidad se igualaba, pero a la vez otras destrezas comenzaban a destacar más.

A él lo que le gusta es “competir, tener un objetivo por el que ganar”, dice Adrián Rivera. Le gusta mucho los deportes colectivos y esa es la mayor virtud que tiene para él el fútbol sala. Poder compartir los momentos con sus compañeros, apoyarse en ellos cuando algo va mal o “ver como los resultados van llegando poco a poco gracias al esfuerzo de todo el equipo”, asegura. “Al final juegas con varios jugadores, conoces a mucha gente y muchos de ellos acaban siendo amigos para toda la vida”.

Todos los días entrenan de 15:30 a 17:30, sin contar las horas que él le dedica al físico en el gimnasio ni el scouting del rival. Aunque él no lo compagina con los estudios, debido a que los dejó para poder centrarse mejor en su carrera deportiva. Afirma que no sentía obtener ninguna recompensa por el esfuerzo de intentar sacarse un grado a la par que se dedicaba al deporte profesional.

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Un sueño que tiene a corto plazo es ganar el europeo Sub-21, del que salió una convocatoria este lunes y él está dentro. Pero más a largo plazo es lograr alcanzar la selección española absoluta de fútbol sala. Sin embargo, está seguro que “acabarán llegando goles, oportunidades y metas colectivas”, y que aunque haya muchas penas y alegrías, si sale bien se celebra, y si no, al año siguiente lo aprovecharán.