El suicidio: la muerte evitable que aún se considera tabú

Carlos tenía 54 años cuando intento suicidarse. "Me duché, me vestí, me perfumé, dejé la carta y todos los papeles listos para mi hermana; entonces cogí todas las pastillas que tenía y me dormí" recuerda Carlos. Afortunadamente, su madre se despertó y pudo avisar a tiempo a los servicios de emergencia, que le salvaron la vida. El suicidio es uno de los principales motivos de muerte evitable en nuestro país, por encima incluso de los accidentes de tráfico. En Madrid, la tasa de suicidios es de 5.3 habitantes por cada 100.000 habitantes, una de las menores de toda España.

La otra cara del suicidio, los que se quedan, la representa Almudena. Su marido consiguió quitarse la vida después de seis intentos. "Comimos juntos, yo le vi mal, pero como tenía una tarea importante, recoger a nuestra hija, pensé que no lo haría" cuenta Almudena. No habían llegado las cinco de la tarde, le sonó el teléfono, era su marido, pero nadie contestó al otro lado: "Solo oí un ruido y un grito". Años después escribió un libro recordando esta experiencia: 'Y llegó el día'.

En el centro de escucha San Camilo atienden a personas por una pérdida dolorosa y también a los que tienen ideaciones suicidas. Marisa Magaña, la directora del centro, enumera los puntos que hay que tener en cuenta a la hora de valorar el riesgo de llevar a cabo un suicidio: "cuanto más tiempo lleve pensándolo, cuanto menos personas lo sepan y cuanto más letal sea el método que han ideado más probables es que lo intenten, y nos indica que hay que actuar con rápidez".

El 024 es una línea telefónica de ayuda para cualquier persona que tenga ideas de suicidio o de autolesionarse. Es gratis y funciona las 24 horas del día, los 365 días del año.