Hoy por Hoy Madrid Oeste
Ocio y cultura

Diferentes maneras de enfocar la escritura epistolar

En esta ocasión José Luis Labad y Gonzalo Arjona hablan de la carta, un género epistolar de los más antiguos de la Literatura

El anaquel de los libros: Tres maneras de enfocar la escritura epistolar

Móstoles

En “El anaquel de los libros” los escritores José Luis Labad y Gonzalo Arjona nos han hablado de un forma de comunicación que se está perdiendo, las cartas. Según destacan “se suele decir que escribir cartas es una forma de hablar con uno mismo y que el destinatario es una excusa”.

Según explican existen tres maneras de enfocar la escritura epistolar: La personal, que tiene valor solamente para el remitente y el destinatario; la que expresa el mundo privado del escritor y es parte de su obra, que cuando se publica se lee para ampliar la comprensión de su trabajo o como obra literaria en si misma; y los relatos y novelas escritos en estructura epistolar, basados en cartas que envía un personaje a otro.

El género epistolar es uno de los más antiguos de la Literatura y se hallaron textos babilónicos que eran cartas que se calcula que se pueden fechar hasta dos mil años antes de Cristo. Los dos escritores destacan que en Europa se utilizó por primera vez en Gracia en el siglo V a.C. y se conservan numerosas cartas de autores de la época del imperio romano, como Cicerón y Séneca.

Muchos autores deben su fama al interés de sus textos epistolares como fueron Abelardo (s. XII), Erasmo de Rotterdam (s. XV), Madame de Sévigné (s. XVII), etc.

Construcción de una carta

Hay muchas formas de construir una carta “como autores y destinatarios nos podamos imaginar, luego las variedades pueden llegar a ser infinitas”, explican. Aún así, hay que plantear siempre dos cuestiones:

El autor: ¿Quién quiere comunicar, por qué motivo y con qué propósito?

El destinatario: ¿Quién es y qué relación previa tiene con el autor?

Y siempre asegurarse de mantener el grado de formalidad de la relación entre autor y destinatario.