Una de las pediatras encerrada en Madrid: "Perdí 12 kilos en 5 meses por estrés"

En la asociación de vecinos de Manoteras se han encerrado varios médicos y pediatras de atención primaria. Su objetivo es denunciar la situación que viven estos profesionales en la Comunidad de Madrid y plantear un diálogo con los vecinos, los pacientes y, esperan que pronto, con la comunidad de Madrid. El diagnóstico que hacen es que la falta de recursos está provocando, dicen, una atención deficiente y una enorme carga emocional y mental para los sanitarios. Piden a la comunidad que comprometan el dinero necesario para asegurar que las contrataciones necesarias para disminuir los ratios y la sobrecarga laboral. La comunidad les acusa de que lo único que quieren es una subida salarial.

Lidia es pediatra en el centro salud de La Plata en Torrejón de Ardoz, pero está estudiando nutrición para, si la situación no arregla, dedicarse a otra cosa: "Empecé a estudiar porque a esto no le veo salida." Lidia llegó a perder 12 kilos en un cinco meses, hasta que decidió dejar su puesto para no poner más en riesgo su salud: "Decidí dejar el trabajo en el centro de salud Rafael Alberti porque era la única pediatra de la zona, atendía a más de 70 niños cada día". La pediatra se queja de que hay muchas plazas descubiertas y que eso lo que provoca la sobrecarga de trabajo.

"Y ya no es solo la carga de estrés que tú te llevas como persona, sino que además pone en riesgo la seguridad del paciente", asegura Lidia. Cree que si la carga de trabajo es tan alta y durante tanto tiempo, es más fácil cometer un error. Considera que si atendiera una consulta de 30 niño, es posible hacer las cosas bien, pero con agendas diarias tan abultadas, "es difícil dar una asistencia de calidad".

Un círculo vicioso

Marta Castelo, también se ha encerrado en la asociación vecinal de Manoteras, ella es médico de familia en el centro de salud Federica Monstseni en Vallecas. Castelo cree que la sanidad madrileña está metida en un círculo vicioso que hace falta romper: "Hay personas que se están jubilando, hay bajas que no se cubre y ante esa carga asistencial hay compañeros que prefieren marcharse, lo que hace que los que nos quedamos tengamos que asumir nuestra agenda y la de los que faltan". A este problema organizativo se suma el empeoramiento de muchos pacientes crónicos por los parones y el colapso que ha provocado el Covid.

La doctora insiste en que no quiere mejoras salariales, como asegura la Comunidad, sino "trabajar en buenas condiciones". Lo que argumenta Castelo es que no se puede recuperar a los profesionales que se marcharon ni disminuir el número de pacientes que debe atender cada médico si no se aumenta la partida presupuestaría para aumentar el personal.

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La atención primaria madrileña lleva sosteniendo las movilizaciones para conseguir mejoras en sus condiciones de trabajo desde noviembre. Más de un mes de huelga indefinida, que empezó en noviembre, que se tomó un descanso en Navidades, y que retomaron el pasado 12 de enero. La sanidad se ha convertido en una de las preocupaciones más grandes para los madrileños, mientras continúa el pulso entre profesionales y la comunidad.