Ayuso estudiará la rescisión del contrato de comidas de la residencia Francisco de Vitoria

Madrid

La residencia Francisco de Vitoria de Alcalá de Henares acumula quejas de usuarios, familiares y trabajadores por las condiciones de vida de los mayores. La más reciente, los altos niveles de legionela detectados en el agua por la inspección municipal, aunque los problemas vienen de lejos. Desde que el centro cambió de proveedor de alimentación, se acumulan las denuncias de los familiares por la escasez de la comida o el estado en el que llega a la mesa.

Hasta ahora el Gobierno regional siempre ha negado el problema con las comidas o lo ha minimizado, pero el pasado jueves Isabel Díaz Ayuso se abrió por primera vez a analizar si es posible revocar esos contratos. No fue un anuncio público, ni llegó a iniciativa de la propia presidenta. Se lo dijo a la hija de una residente que la abordó en los pasillos de la Asamblea de Madrid y que estaba en la Cámara invitada por el grupo parlamentario de Unidas Podemos.

“Me dijo que está al corriente de los problemas con la comida y el agua y que va a intentar rescindir el contrato con ese proveedor”, cuenta Julia Martínez. Su madre, de 74 años, vive en la Francisco de Vitoria: “Me ha perdido cerca de 20 kilos y está en 46”, asegura. “Esto hay que hacerlo así; aquí te pillo, aquí te mato”, reconocía aún nerviosa Julia, tras hablar con la presidenta durante cerca de diez minutos. Esta familiar, no obstante, es escéptica: “Veremos. Del dicho, al hecho...”.

Uno de los colaboradores más estrechos de Ayuso, presente en el momento en el que esta familiar interceptó a la presidenta, confirma que la conversación se desarrolló en esos términos, aunque rebaja el alcance del compromiso alcanzado por la presidenta: “Ha dicho que, si se dan las condiciones, existe la posibilidad de rescindir el contrato”, explica.

“Le he invitado a que venga conmigo a la residencia y vea cómo están los abuelitos”, relata Julia, que califica las condiciones del centro de “precarias”. Lo que hizo el equipo de la presidenta, de momento, fue pedirle a esta familiar los datos para comunicarse con ella, si fuera necesario. Cristina González, una de las trabajadoras del centro que acompañó a Julia a la Asamblea, asentía a su lado. “Con cinco euros al día, para cinco comidas, el valor nutricional que tiene esa comida no es el suficiente”, apunta.

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La trabajadora se refiere al lote 4 de la última adjudicación del servicio de comidas, que agrupa a varias residencias públicas de Arganda del Rey, San Fernando de Henares, Alcalá o Colmenar Viejo. Se adjudicó por 4,60 euros al día, más IVA, a la oferta más barata entre las presentadas.

El caso de la madre de Julia no es el primero que denuncian los familiares de la Francisco de Vitoria. Conchi Sansano saltó a los medios de comunicación el pasado 8 de febrero cuando, durante un pleno del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, explotó desde el espacio reservado al público contra una concejal del PP que defendió los menús de la residencia. "Cuando empezó a hablar de la comida reventé, no pude. Porque mi padre pasa hambre. Es que me coge con la mano el táper para que no pare de darle de comer y cuando estaban diciendo esas mentiras grité que mi padre había perdido 14 kilos. Es que cuando ves que tu padre se está consumiendo no te puedes callar", explicó en ese momento Conchi.

A pesar de estos testimonios, el Gobierno regional ha estado instalado en la negación del problema. "Es completamente falso que alguien haya perdido 14 kilos. Tenemos el caso de un residente que ha perdido diez”, llegó a decir el pasado 13 de febrero el responsable de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS). José Manuel Miranda aseguró que se trataba de un mayor con párkinson “que entró con sobrepeso y ahora está en su peso ideal”.