Ayuso "rompe" con Vox en el último pleno de la legislatura en Madrid: qué hay detrás de esta estrategia política

Madrid

Hoy ha sido el último pleno de la legislatura en la Asamblea de Madrid. Y hoy, justo hoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha descubierto qué es exactamente Vox y ha tratado de escenificar que rompe con los ultras con los que hasta ahora se ha sentado a negociar sin ningún problema la aprobación de sus políticas. "A partir de hoy, es bueno que cada uno siga su camino", le ha dicho la presidenta madrileña a Rocío Monasterio, la portavoz de Vox en la Asamblea. "A partir de hoy", cuando ya no habrá más actividad legislativa en la Asamblea autonómica. ¿Y hasta cuándo? ¿Hasta el 29 de mayo, un día después de las elecciones? Si Ayuso necesita un solo escaño de Vox para gobernar, ¿ahí también será mejor que cada uno siga su camino? ¿O ahí volverá a ser —como ha dicho hoy— la persona que más respeto ha tenido, en los últimos cuatro años, por Vox?

Lo que ha pasado este jueves es que Vox ha tumbado las deducciones fiscales a los extranjeros que inviertan en Madrid su dinero. Era una de las grandes medidas del Gobierno autonómico para contrarrestar el Impuesto de Solidaridad aplicado a las grandes fortunas del Ejecutivo central. Y Monasterio ha acusado a Ayuso de "fomentar el privilegio de los extranjeros". A partir de aquí, Ayuso ha lamentado la "deriva" de Vox. "Usted empieza a distinguir en un lenguaje preocupante a los de fuera y los de dentro", le ha dicho la presidenta a la líder de la formación de ultraderecha, Rocío Monasterio.

Por su parte, Vox ha insistido en que no solamente iban a votar en contra de la propuesta de Ayuso, sino que iban a ir más allá: "Vamos a incluirlo en nuestro programa electoral, para garantizar que no se discrimine a los madrileños".

Más de estrategia política que de convencimiento personal

Las palabras de Díaz Ayuso tienen más de estrategia electoral que de convencimiento político y personal. El Partido Popular ansía la mayoría absoluta por dos motivos. Por un lado, para gobernar en Madrid tranquilos sin los sobresaltos que el partido ultra le ha dado, especialmente, en los últimos meses, cuando llegó a tumbarle los Presupuestos de la Región. Por el otro, ansía la mayoría absoluta para lanzar un mensaje a España y a la dirección nacional del PP: su peso político va más allá de aplausos en ciertos sectores de las redes sociales, su peso político consigue resultados parlamentarios. De momento, el barón del Partido Popular con mayúsculas es el líder del partido en Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, el único presidente del Partido Popular que gobierna con mayoría absoluta.

Ayuso quiere acabar con esto en mayo. Y para eso, necesita hacernos creer que rompe con Vox, que "a partir de hoy, es bueno que cada uno siga su camino".