Un año de espera para una plaza pública en un centro psiquiátrico: "Mi hermano tiene un problema de control de impulsos y mi madre vive atemorizada, está consumida"
Un juzgado ordenó en febrero el ingreso urgente en un centro psiquiátrico pero, hasta el momento, no hay plaza para él en la Comunidad de Madrid
Un año de espera para una plaza pública en un centro psiquiátrico: "Mi hermano tiene un problema de control de impulsos y mi madre vive atemorizada, está consumida"
Madrid
Sara de la Torre ha relatado en La Ventana de Madrid el caso de su hermano Daniel, un hombre de 44 años con una discapacidad mental y un problema de control de impulsos. "Vive con mi madre que es una mujer jubilada y se pone agresivo cuando quiere algo, generalmente dinero, se pone a romper cosas, la zarande, la obliga...la tiene atemorizada".
Afirma que con los años, la situación ha empeorado y es cuando decidieron solicitar un centro público para internarle porque la convivencia era imposible. "Mi madre está muy mal, muy deprimida, pesa 45 kilos, está consumida". Cuenta Sara que el caso de su hermano es más delicado aún porque no puede ser imputado por la justicia al estar incapacitado legalmente: "Mi madre ha solicitado una orden de alejamiento, pero tampoco se la han concedido porque al ser su tutora legal y tener la patria potestad no puede desprenderse de él. Señala que lo único que han conseguido, por el momento, es que un juzgado instase a servicios sociales a que la plaza que tiene se le adjudique con carácter urgente.
Más de un año en lista de espera
Existe una decisión judicial, un informe, que dictamina que el hermano de Sara tiene una plaza pública asignada desde hace un año en un centro especializado, pero no hay plazas disponibles en la Comunidad de Madrid. "Hace unos meses le dijeron a mi madre que Daniel era el número 80 en la lista de espera".
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La Consejería de Sanidad no ofrece datos sobre la falta de plazas en las residencias psiquiátricas pero, los Servicios Sociales de Móstoles -que es donde viven- les han confirmado que ellos ya lo han gestionado, y que es el gobierno regional el que no otorga la plaza en ninguno de los centros de los que disponen.
Dado que la situación es insostenible y demuestra el frágil estado de la sanidad pública madrileña, la familia de Daniel se ha planteado también internarlo en una residencia privada pero, afirma, también están hasta arriba. "La mayoría no tienen plazas y las que tienen, es muy difícil en cuestión de logística porque tendría que ser en contra de su voluntad. Además, las residencias con las que hemos habado nos dicen que antes de aceptarlo tendrían que valorarlo dependiendo de su comportamiento y de si es demasiado conflictivo. En cualquier caso, una residencia privada tendría que ser algo temporal, un descanso para mi madre porque rondan los 3.000 euros mensuales y es algo que una familia trabajadora no puede permitirse".