“Del terremoto de Turquía me traigo ojos llenos de tristeza, pero también de gratitud”, dice Rosa, técnico auxiliar de Enfermería
Rosa Hernández trabaja en el hospital de Getafe y es uno de los miembros del equipo sanitario que estuvo como cooperante en el dispositivo sanitario español en el terremoto de Turquía
Entrevista a Rosa Hernández, técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería del Hospital de Getafe, que estuvo en el hospital de campaña español instalado en Turquía tras el terremoto.
Getafe
Ha formado parte, como cooperante, del equipo START (Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta en Emergencias) de la AECID, (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), que estuvo hasta hace poco en Iskenderun, Turquía, trabajando en un hospital de campaña tras el terremoto. Rosa Hernández es técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería del área de Paritorios del Hospital de Getafe y este miércoles ha contado en ‘Hoy por Hoy, Madrid sur’, cómo ha vivido esta dura, pero enriquecedora experiencia.
Y es que asegura que de este tiempo allí, del 23 de febrero al 10 de marzo, se ha traído el compañerismo con el resto de sanitarios, que no se conocían de nada, además de haber cumplido con algo que siempre quería hacer, como es la ayuda humanitaria. Pero además, en su recuerdo están “esos ojos llenos de tristeza, y a la vez de gratitud” de la gente a la que atendían en ese hospital de campaña, que estuvo abierto 24 horas, con una capacidad media de atención de 200 personas al día.
Ella y otros trabajadores sanitarios del sur de Madrid han estado atendiendo a damnificados del terremoto de Turquía y Siria. Al igual que nos contó el doctor Javier Martín Ramiro, jefe de Sección de Cirugía General y del Aparato Digestivo del hospital de Leganés, a Rosa le impactó como los que allí acudían lo hacían con el pesar de seguir vivos, mientras toda su familia había desaparecido y su casa estaba destruida. “Habían perdido a la familia, sus casas, y se preguntaban qué hago yo vivo”, nos cuenta.
La alegría de traer niños al mundo en medio de tanta muerte
Con la ‘familia’ española que se creó en ese hospital de campaña hicieron lo más bonito que se puede hacer cuando se va a un lugar como aquel, lleno de destrucción y muerte, que es traer un ser humano al mundo. Rosa ayudó en 8 nacimientos, cinco partos y tres cesáreas. “Fue muy gratificante” y recuerda lo ‘duras’ que son las mujeres que allí iban. “Mujeres que a las pocas horas de dar a luz querían irse por la puerta”, afirma. Como anécdota recuerda que, en uno de los casos, como agradecimiento al equipo que la atendió, una de las madres puso a su hijo un nombre español.
Rosa afirma que en el hospital de campaña “se trabajaba muy bien”, con lógicas limitaciones, pero “te adaptas con lo que hay. Hubo dos días con muchísimo viento, las paredes se movían de forma brutal, daba un poco de miedo y teníamos que retirar las estanterías para que no se cayeran, las jeringas, los guantes… Pero, funcionaba muy bien, y al final eran instalaciones grandes, amplias”.
Rosa se marchó de Turquía con la satisfacción de haber ayudado, pero la pena de haber visto una ciudad “muy, muy destrozada” y pensando que aún tenía que “destrozarse más”, al ver los edificios en pie, todavía con grandes grietas, que hacían inviable mantenerlos.