En apenas tres minutos, las llamas dispararon la temperatura en el interior del restaurante hasta los 700ºC. El local se convirtió así en una incineradora de la que emanaba un humo tóxico mortal. La Policía Científica investiga en este momento el material del que estaba formado los elementos de decoración del restaurante: numerosas plantas de plástico colgadas del techo que buscaban similar un bosque artificial. Una descripción en la que coinciden el testimonio de los testigos de la tragedia y las fotografías del establecimiento en sus redes sociales. La rapidez con la que se propagó el fuego no se puede explicar si la decoración no contenía sustancias que actúen como acelerantes de las llamas, según explican fuentes de la investigación. Además, la malla metálica que estaba anclada al techo y que soportaba la decoración compuesta por miles de hojas de plástico se vino abajo atrapando rápidamente a los comensales. Eran una treintena de personas las que se encontraban en el interior en el momento de la tragedia. Esta estructura metálica derribada dificultó la entrada de los cuerpos de bomberos y la extracción de las víctimas. El juzgado de instrucción número 46 de Madrid se ha hecho cargo de la investigación. La decoración de este tipo de establecimientos abiertos al público debe tener unas características concretas para evitar la expansión de las llamas, como ha explicado en Radio Madrid Joaquín Sáez, ingeniero de edificación y, durante muchos años, oficial de bomberos y responsable de la Unidad de Inspecciones de Prevención de Incendios en el Ayuntamiento de Madrid. La primera característica es que debe estar hecha de materiales que tengan dificultad para prender; la segunda es que, en caso de incendio, la toxicidad de los gases que emita sea mínima; y la tercera es que los materiales tengan condiciones de «no goteo». Es decir, que no permita la caída de lágrimas de fuego incandescente hacia el suelo. «La decoración es como si hubiéramos colgado pólvora del techo», concluye Joaquín Sáez. Además de las dos víctimas mortales -un chico de 25 años, que llevaba apenas una semana trabajando en el restaurante y una clienta que estaba cenando allí la noche de la tragedia- hay ocho ingresados en distintos hospitales de la Comunidad de Madrid. De ellos, tres permanecen en la UCI, otros tres en las Unidades de quemados y uno mas en Cuidados intermedios. Concretamente, en el hospital de Getafe, una mujer de 25 años sigue estable, dentro de la gravedad, ingresada en la Unidad de Grandes Quemados. En el Hospital Gregorio Marañón continúa en la UCI un varón de 29 años que evoluciona de forma muy favorable y ya está extubado. También evolucionan de forma favorable los dos pacientes que se encuentran en el Hospital Clínico. Uno de ellos pasará previsiblemente hoy a planta y el otro permanece en la UCI. En cuanto a los dos pacientes del Hospital La Paz, ambas siguen intubadas en estado grave en la Unidad de Quemados, mientras que en el Hospital de La Princesa la mujer de 25 años ingresada en la Unidad de Cuidados Intermedios evoluciona de forma favorable y previsiblemente durante el día de hoy pasará a planta de hospitalización. La otra paciente de este centro, una mujer de 52 años, permanece estable e intubada en la UCI.