Madrid alcanza una temperatura récord en abril desde 1920: ¿Está la capital preparada para el calor?
Arquitectos y urbanistas analizan la situación de la capital de cara a afrontar las altas temperaturas que, cada vez con más frecuencia, se registran antes
Madrid
La ciudad de Madrid ha registrado este 2023 un récord de temperatura en abril. La estación de medición de Retiro ha registrado este jueves 30,7 grados, el valor máximo alcanzado desde que comenzara la serie en 1920. Frente a los elevados datos térmicos que cada vez se alcanzan antes, las administraciones regional y autonómica han comenzado esta semana a preparar protocolos contra el calor. Sin embargo, arquitectos y urbanistas señalan que más allá de medidas puntuales para determinadas épocas del año, son necesarias medidas generales para adecuar el modelo de ciudad a la nueva realidad climática.
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José María Ezquiaga, antiguo decano del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), asegura que el modelo de ciudad de la capital puede incluir modificaciones para combatir la nueva realidad climática. "La situación de Madrid no es tan desfavorable", señala, aunque insiste en que hay aspectos en los que todavía se puede mejorar. "Hubo un momento en que la capital consideró que el progreso era no pisar barro, lo que se tradujo en hormigonar o asfaltar todo el espacio público que no era parque. A día de hoy, comprendemos que esto ya no es necesario", explica. El uso de materiales impermeables en los suelos, unido a la menor presencia de agua y la falta de zonas ajardinadas, son algunos de los puntos que señalan los expertos en urbanismo y arquitectura.
Un suelo "poco permeable" que desprende calor
"Estamos llenando de alquitrán las ciudades", dice Iñaki Alonso, arquitecto y CEO de Distrito Natural, una promotora de viviendas ecológicas. "Tenemos pavimentos adoquinados sobre los que echamos alquitrán. Esto es una estrategia claramente contraria a la que tenemos que emplear. Tenemos que utilizar materiales más permeables y porosos, que existen. Es necesario utilizar otro tipo de elementos que permitan ser más porosos para el agua", explica.
Reventón térmico en pleno abril: ¿Está Madrid preparada para el calor?
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La impermeabilidad del asfalto provoca que el calor se almacene en el suelo y, con la puesta de sol, se libere. Este fenómeno convierte el suelo de la capital en una suerte de radiador, tal como explica el arquitecto y urbanista Alejandro López, colaborador del proyecto Madrid Bordesur. "Se genera un ecosistema propio que hace que Madrid sea una sartén cuando llegan altas temperaturas. El asfalto se recalienta a lo largo del día, de forma que ese calor no se disipa por la noche sino que se mantiene en el suelo. Al final, las ciudades en las que vivimos no están preparadas para las olas de calor ni para el aumento de las temperaturas, entre otras cosas por este motivo", comenta.
"La tendencia es mantener plazas duras. Lo hemos visto por ejemplo en la reforma de la Puerta del Sol, pero también en remodelación de calles del centro de la capital. Se vuelve a tomar el camino del asfaltado y del pavimento duro, cuando podrían emplearse otros materiales", explica López. "Tenemos que tender a suelos que permitan absorber el agua cuando llueva, así como a disipar el calor cuando se registren altas temperaturas", explica.
Algunas soluciones que proponen los expertos, además del uso de materiales más porosos, es cambiar, por ejemplo, el color del asfaltado por otros más claros y que rentengan menos el calor.
Una ciudad que apueste por zonas verdes
El cambio, más allá del suelo, tiene que dirigirse hacia una ciudad más verde. Madrid tiene una buena zona de parques y jardines, explica Ezquiaga, pero este puede aumentar significativamente: "Tenemos una buena proporción de arbolado, pero puede multiplicarse muchísimo más. Por ejemplo, muchos barrios nuevos no tienen arbolado y es factible que quepa en muchas de esas calles". Alonso coincide con el exdecano del COAM: "Tenemos parques, sí. Pero son insuficientes. Tenemos que deshechar modelos como el de la Puerta del Sol: hay que apostar por zonas arboladas o, si no se puede, con elementos que generen sombra para evitar el calor".
El CEO de Distrito Natural va incluso más allá y habla de "renaturalizar" la ciudad. "Esto signficia incluir más vegetación en la capital. Pero no solo eso, sino también adaptar nuestras viviendas. Ya no solo en materia de aislamiento, sino aprovechar, por ejemplo, las terrazas para ubicar elementos vegetales".
Esa renaturalización de la que habla Alonso es fundamental para López: "Debemos tender a soluciones basadas en la naturaleza. Apostar por nuevos sistemas urbanos, por ciudades más verdes, vincularnos más a la naturaleza". En este punto, coinciden los expertos, puede apostarse por nuevas zonas arboladas e, incluso, por jardines más presentes en las calles de Madrid.
Pero además del arbolado, Ezquiaga propone una solución que, poco a poco, se ha implantado en algunas zonas de la capital y que otras grandes urbes han adaptado. Se trata de los huertos urbanos. "Se pueden utilizar los últimos rincones de la ciudad no solo para la vegetación hornamental, sino para esas huertas. Parecía extravagante hace tiempo, pero es una tendencia que cada vez vemos en más ciudades de Europa. Aquí podemos aprovechar también este modelo", explica.
Un cambio que pasa por la movilidad... y por el agua
El cambio en el modelo de movilidad es clave para ganar más espacio para las zonas verdes, así como para evitar materiales impermeables en los suelos. Así lo explica López, que considera que la capital debe apostar por un futuro sin tantos vehículos para adaptarse a la nueva realidad climática: "Ha de reducirse el uso del vehículo privado en la medida de lo posible. Pero esto tiene que venir acompañado de favorecer otros modelos de movilidad más sostenibles y darles, a su vez, su propio espacio".
Pero además del cambio en el modelo de movilidad, hay sugerencias que pueden también aliviar el calor en momentos de elevadas temperaturas. Ezquiaga explica, por ejemplo, la importancia del agua. "Es el método de refresco más tradicional y antiguo que conocemos y, sin embargo, lo hemos dejado de lado", dice. De hecho, en la capital, explica Ezquiaga, esto se ha visto en las fuentes: "Antes Madrid estaba llena, pero el agua tiene muy mala prensa. Muchos vecinos se quejaban porque esas fuentes traían problmas y, poco a poco, muchas de ellas se han ido cerrando".
El que fuera decano del COAM recuerda la sensación de alivio de los jardines del Generalife (Granada), un complejo nazarí donde las fuentes y el agua adquirían vital importancia como elemento de refresco. "Los jardines pueden tener pequeños estanques o salidas de agua que favorezcan en alivio térmico. Pero es que, además, hay calles simbólicas que podrían disponer de pequeños cursos de agua. Se me ocurre, por ejemplo, algunas zonas del Paseo de la Castellana. ¿Por qué no puede haber ahí pequeños cursos de agua corriente? La sensación de frescor, así como de reducción de temperatura, sería evidente", sentencia.
Agustín Rodríguez-Sahagún
Graduado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. Máster de Periodismo UAM-El País. Redactor...