La alondra regresa a las manos de bronce de Federico García Lorca en Madrid
La pieza fue sustraída en agosto de 2022 y ya ha sido reemplazada gracias a las hijas del escultor
La alondra regresa a las manos de bronce de Federico García Lorca en Madrid
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Madrid
La estatua de Federico García Lorca, que preside la madrileña Plaza de Santa Ana, vuelve a estar completa. En agosto de 2022, como consecuencia de actos vandálicos, la alondra que sujetaba el escritor voló y no volvió. Desde entonces, sus manos han lucido desnudas frente al Teatro Español. "No es la primera vez que desaparece", cuenta Luís Lafuente, Director General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid. La última vez, el pájaro fue encontrado a los pocos días en una papelera cercana. En esta ocasión, no ha aparecido y han tenido que reponerlo.
La alondra, de apenas 20x20 cm, es una réplica exacta de la anterior. Esto se ha producido gracias a la ayuda de Esperanza y Marcela López, las hijas de Julio López, escultor y creador de la obra. Y es que ellas guardaban el molde original con el que su padre había construido la figura. "Es un clon perfecto", afirma Marcela.
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'Yerma', Lorca y su relación con las alondras
Para conocer la historia de la escultura, hay que remontarse a 1984, cuando se cumplió el 50 aniversario del estreno de la obra lorquiana 'Yerma' en el teatro Español. Fue ahí cuando el entonces director del teatro, Miguel Narros, pidió al Ayuntamiento que se colocase frente a él una estatua en conmemoración al escritor granadino. Para ello, Julio López se inspiró en uno de los pasajes de esta historia, en la que la protagonista, quien no puede tener hijos, le pregunta a otro de los personajes, María, sobre qué se siente estando embarazada:
María: No me preguntes. ¿No has tenido nunca un pájaro vivo apretado en la mano?
Yerma: Sí.
María: Pues lo mismo... pero por dentro de la sangre.
Este es el motivo por el que Lorca aparece sosteniendo al pájaro entre sus manos. En particular, una alondra, la cual utiliza en su 'Romance de la pena negra':
Lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya
Tras nueve meses de espera, el pájaro ha sido soldado y, posteriormente, pintado junto al poeta. Una alondra a punto de volar hacia el Teatro Español, pues es ahí donde se encuentra su hermana, la segunda parte de la estatua. De nuevo en bronce, son las manos de Federico las que recogen el vuelo del pájaro.