La excavación de la Batalla de Brunete en Madrid origina la primera asociación de descendientes de desaparecidos en el frente
El grupo Arqueoantro busca los restos de los soldados republicanos que cayeron en primera línea en unos refugios construidos a mano en el denonimado Camino de Perales.
La búsqueda de los desaparecidos
02:37
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1686318022244/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
El perfecto español de Fabien, pero su acento francés me dicen, cuando hablo con él por teléfono, que algo no concuerda. Pero sí concuerda. Fabien es nieto de unos exiliados españoles. Su tío abuelo, Pedro, cayó en Brunete, pero nunca la familia se pudo hacer con el cuerpo. Lo único que tiene de él Fabien, es un pañuelo que heredó de su abuela, con una bandera republicana pintada. Este español de doble nacionalidad dice estar muy contento por lo que se avecina, pese a que lo que ocurrió es más bien triste.
En estos días en los que no ha parado de llover en la Comunidad de Madrid, el trabajo de un equipo de científicos entre arqueólogos y antropólogos, ha sido un poco más complicado de lo habitual. Los técnicos han tenido que achicar de las excavaciones, el agua a base de cubos de playa. Algunas personas del pueblo de Brunete se habían dado cuenta de que hacía unos años los conejos sacaban huesos de los terrenos en los que ahora se cultiva cereal, pero hace más de ochenta, dos ejércitos desiguales se enfrentaron durante casi veinte días del mes de julio de 1937. El resultado fue una carnicería de más de veinticinco mil bajas.
En esta campaña de excavaciones financiadas por fondos de la Secretaría de Memoria Democrática, la sociedad científica Arqueoantro está trabajando en la primera línea del frente. El talud de un camino, donde los soldados republicanos a base de palas, construyeron sus refugios y los rodearon de sacos terreros. "Lo que pensamos es que esta posición, que era del ejército republicano, la toma el enemigo y allí se encuentra con cadáveres", así se explica Javier Iglesias Beixiga, uno de los fundadores de Arqueoantro. Los restos de los cadáveres que se han encontrado están cerca del sendero, pero también, al final de él, con lo cual se cree que fueron escondidos. "Tenemos ocho cuerpos* que han aparecido en el campo de labor más un noveno del que sólo tenemos un húmero", apunta Iglesias, "por otro lado en uno de los refugios hallamos, solo, un cráneo". A bote pronto, y al verlo encima de una bandeja, uno no se hace a la idea de que ese 'material' fue en un momento un ser humano. "Es una cráneo masculino, seguramente de un joven, por lo que las suturas craneales están abiertas; presenta muy poquito desgaste dental". Al parecer, la mayoría de los huesos que se están encontrando pertenecen a jóvenes.
Cuentan las crónicas, que la de Brunete fue una ofensiva republicana que intentaba disminuir la presión del ejército sublevado sobre Madrid y de esa manera aliviar el frente del Norte. Sin embargo, la contraofensiva fue voraz en número y armas. Ambas partes sufrieron un elevadísimo número de bajas sin que ninguno se alzara con una victoria clara. Tal y como se han encontrado el terreno los arqueólogos, evidencia que "fue una batalla inestable que se resolvió en pocos días. Las estructuras que estamos excavando ahora son totalmente irregulares, de alturas y tamaños diferentes, con profundidades aleatorias que explican que los zapadores del ejército de la República no tenían el tiempo suficiente para construir los refugios como en otros frentes más estables" concluye Alex Calpe, codirector de la excavación.
En el laboratorio que visito, los técnicos están inventariando todo el material que ha salido a la superficie para saber qué dimensiones tiene el trabajo realizado. "Esto no tiene nada que ver con excavar una fosa común. Es más difícil porque los restos están dispersos, han pasado muchos años, o estaban a la intemperie. Tanto la situación climatológica como la reutilización del terreno, las conejeras, incluso los curiosos que han removido las tierras han provocado la dispersión ósea" explica Gema López, antropóloga forense. Añade, que con la ciencia, su labor puede aportar un granito de arena a la búsqueda de personas desparecidas - violaciones flagrantes, en su opinión, de derecho humanos - y añadir más datos a la Historia. Algo parecido aduce de nuevo Alex Calpe, para quien los soldados son "los olvidados de los olvidados, pero esas personas siguen teniendo familiares y descendientes que los reclaman".
(* Tras la publicación de este reportaje Javier Iglesias Beixiga apunta: "Finalmente este año, hemos recuperado los cuerpos de, al menos, cuatro soldados. En total, con la del año pasado serán trece militares. Cuando consigamos financiación les haremos los análisis de ADN)
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid