La plataforma musulmana ‘Por un entierro digno’ acude al Defensor del Pueblo tras la saturación del cementerio de Griñón
Piden al Ayuntamiento de Madrid que agilice los trámites para adecuar la parcela del cementerio Carabanchel Sur destinada a sus enterramientos
Griñón
El problema de la falta de enterramientos para personas de creencias musulmanas en el centro de la península continúa creciendo pese a que se veía venir. En concreto desde que el cementerio musulmán de Griñón -el único existente- perdía capacidad, hasta el punto de que en octubre de 2022 se quedó sin sitio. En estos momentos el Ayuntamiento de Griñón negocia a varias bandas con el Ministerio de Defensa (propietario de los terrenos), la Comunidad de Madrid y la Comisión Islámica para ampliarlo derribando la actual mezquita y levantando una más pequeña, y prevén que los enterramientos se retomen este año.
Pero la plataforma musulmana ‘Por un entierro digno’ reclama soluciones urgentes porque no tienen dónde enterrar a sus seres queridos siguiendo su rito: inhumación de lado y con el cuerpo orientado a La Meca. Este martes han entregado medio millar de firmas al Defensor del Pueblo para que investigue el menoscabo de sus derechos, y no descartan acudir finalmente a la vía judicial. Los afectados reclaman que se agilice la adecuación de una parcela de 10.000 metros cuadrados junto al cementerio Carabanchel Sur que fue cedida en 2022 para este fin, pero cuyo arreglo no avanza.
Mayson Douas, portavoz de la plataforma 'Por un entierro digno' repasa la situación del cementerio musulmán de Griñón
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Mayson Douas, portavoz de esta plataforma y concejala de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, ha rechazado el proyecto de ampliación de Griñón por requerir el derribo de la actual mezquita y solo sumar unas 130 tumbas. A la vez recuerda que en ese cementerio se realizan ya “muy pocos” enterramientos, solo aquellos que pueden aprovechar las tumbas liberadas por familias que no renuevan su espacio.
Desde este colectivo señalan que la única opción que les queda a los musulmanes del centro de la península es repatriar los cadáveres de sus familiares fallecidos si no son de origen español. Un proceso costoso y que puede alargarse de forma significativa, dado que hay que esperar al traslado conjunto de varias personas fallecidas.
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