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Diablo IV, una invitación infernal a no parar de jugar

La saga de referencia entre los juegos de rol y acción alcanza su cuarta parte con más mazmorras y un mundo más grande y oscuro

SER Jugones 9x38: Diablo IV, una invitación infernal a no parar de jugar

Fuenlabrada

Una década después del magnífico Diablo III la cuarta parte de la saga principal del rey de los juegos de rol y acción con perspectiva isométrica aterriza en PS5/PS4, Xbox Series/One y PC. Diablo IV continúa profundizando magistralmente en la fórmula de limpiar de demonios la pantalla y recoger botines cada vez más poderosos para equipar a personajes que no paran de descubrir nuevas habilidades destructivas.

Esta cuarta parte arranca su hilo argumental con el renacimiento de la princesa demoníaca Lilith, hija del Señor del Odio Mephisto, que es rescatada del abismo donde fue arrojada por un antiguo aliado. Vuelve al mundo de Santuario que ella misma creó para albergar el conflicto infinito entre los Altos Cielos y los Infiernos Abrasadores, y con sed de venganza. Los vídeos en los que se nos narra la evolución de la historia son made in Activision Blizzard: auténticos cortometrajes de cine con una calidad técnica abrumadora.

Diablo IV nos presenta un mundo abierto con cinco grandes regiones que podemos recorrer incluso a caballo. También tenemos las inevitables mazmorras (120) y ese utilísimo mapa que evita que nos dejemos una sola estancia sin registrar. De inicio contamos con cinco clases (bárbaro, hechicero, nigromante, druida o pícaro), aunque más adelante llegarán más. Su personalización estética es realmente demencial, con más de ocho billones de combinaciones, y crecerá con los objetos estéticos de los pases de temporada.

Mucha, mucha personalización

Pero lo mejor son las diferencias de manejo y posibilidades que ofrecen cada una de estas seis clases, con una nueva acción de esquiva. Podemos personalizar al personaje con una cantidad ingente de equipo de diversa rareza y efectos, y con árboles de habilidades pasivas, activas o elementales enormes. La compraventa y reciclaje de estos objetos aumenta todavía más el abanico. De esta forma podemos irnos decantando por un héroe especializado en el combate a corta distancia o de lejos, y con mayor o menor agilidad y cualidades mágicas. Ataques de área, proyectiles físicos o conjuros y la posibilidad de sumar no muertos a nuestras filas son solo algunas de ellas. Y si a esto le sumamos la enorme rejugabilidad para seguir desarrollando el personaje, tenemos una cantidad ingente de horas de juego por delante.

El acercamiento de la saga al mundo abierto se aprovecha para que durante nuestros viajes encontremos fortalezas hostiles que, si conseguimos conquistar, se conviertan en zonas seguras. Se complementan con eventos y la aparición de demonios ‘jefes del mundo’ con batallas en varias fases y para las que necesitaremos la colaboración de otros jugadores (hasta 12). Por supuesto contamos con zonas de jugador contra jugador, en las que en lugar de colaborar competiremos con el resto de personajes para eliminarlos y llevarnos su botín y el de la zona.

Diablo IV cuenta con multijugador online y también local. Este juego en compañía multiplica la diversión (también los enemigos en pantalla, con alguna situación confusa entre explosiones y botín en el suelo), pero es necesario que ambos jugadores dispongan de una cuenta en Batlle.net, algo que puede ralentizar el proceso si tenemos que crearla antes de la sesión de juego. La conexión a internet es permanente y necesaria para jugar en cualquier caso.

Purificando demonios con llamas en Diablo IV

Purificando demonios con llamas en Diablo IV / Activision Blizzard

A nivel audiovisual el juego cuenta con un gran resultado, y luce especialmente en las tremendas escenas de vídeo. Su aspecto durante las partidas cuenta con la ventaja de la vista superior alejada, y apuesta más por la fluidez y los efectos de luz que por el alto nivel de detalle en estancias o enemigos, aunque el nivel artístico del conjunto y su ambientación oscura son de sobresaliente. Los personajes protagonistas y su equipo lucen muy trabajados, pudiendo contemplarlos en todo su esplendor en el menú de equipo. Por supuesto, todos los objetos equipados se verán durante la partida, aunque más pequeños. La banda sonora, como el aspecto general, es oscura, y tanto los textos como las voces están en español.

En la presentación de Diablo IV

Ambiente infernal en la presentación de Diablo IV

Ambiente infernal en la presentación de Diablo IV / Víctor Rodríguez

Hace unos días Activision Blizzard presentó oficialmente Diablo IV en Madrid, y fue un evento que no pudimos perdernos. Con una genial ambientación infernal, la desarrolladora quiso preparar para la ocasión otra obra de arte de gran tamaño: una versión de ‘El jardín de las delicias’ de El Bosco inspirada en la lucha entre el cielo y el infierno del universo Diablo, ‘El jardín del infierno’ del estudio Black Madre. Una genial y detalladísima reinterpretación en formato tríptico plagada de ángeles y demonios, que contó con el análisis de la experta en El Bosco y ex restauradora del Museo del Prado Laura Monereo.

El tríptico 'El jardín del infierno'

El tríptico 'El jardín del infierno' / Víctor Rodríguez

Pudimos hablar con ella acerca de sus similitudes y diferencias con la obra original: “Tanto ‘El jardín de las delicias’ como ‘El jardín del infierno’ representan un mismo tema: el destino de la humanidad, la lucha entre el bien y el mal, entre el caos y el orden. Es también la toma de decisiones que cada uno de nosotros día a día afrontamos. Podemos ver en el centro a Lilith soltando pétalos para captar a los campesinos, y en el original vemos a la concupiscencia invitando a la lujuria”. Monereo cree que es “una reinterpretación del infierno, del caos, de la ambigüedad del mundo en el que nos movemos. Uno es la mirada de El Bosco de finales del siglo XV y el otro la mirada de un gran equipo de artistas, impresionantes, en el siglo XXI y con las tecnologías que permite este siglo”. Hasta aquí el SER Jugones de esta semana, pasadlo bien.

Más actualidad

Hablamos ahora de otro juego de rol, en este caso masivo y online, que no para de crecer. Se trata de The Elder Scrolls Online, que acaba de recibir su última ampliación llamada Necrom. Cuenta con una treintena de horas de juego con dos nuevas zonas del mapa de Tamriel a explorar y la nueva clase arcanista, centrada en el uso de sortilegios para infligir daño y recuperar salud. Vamos a visitar la península de Telvanni con sus hongos gigantes que nos han traído a la memoria la región de Morrowind, y Apocrypha, el reino dentro de Oblivion del dios oscuro Hermaeus Mora, plagado de bibliotecas infernales. Necrom también nos ofrece el desafío para 12 jugadores ‘Borde de la locura’ y el evento de mundo ‘Bastón nímico’, así como dos nuevos compañeros que podemos reclutar y que cuentan con sus propias misiones. Hasta aquí el SER Jugones de esta semana, pasadlo bien.