‘El Arropiero’: el mayor asesino en serie nuestro país
Cometió 48 asesinatos en diferentes puntos de España y acabó ingresado en un psiquiátrico durante 25 años, aunque murió en libertad. Su apodo se debe a la profesión de su padre
Crónica en negro 1x5: ‘El Arropiero’: el mayor asesino en serie nuestro país.
Valdemoro
Manuel Delgado Villegas, conocido como ‘el Arropiero’ o ‘vagabundo de la muerte’, porque sus crímenes se dieron de muchas partes de España, es considerado como el mayor asesino en serie de nuestro país. Trajo en jaque a la policía en los 60 y principios de los 70, ya que no relacionaban unos casos con otros, dada su trayectoria itinerante, lo que dificultaba tener pista de sus crímenes. Los cometió en Barcelona, Ibiza, Puerto de Santa María o Morata de Tajuña, entre otros lugares.
Cuando le detienen, él mismo hablaba de 48 asesinatos, aunque los agentes sólo consiguieron probar 7. El primero se produjo en 1964. Se caracterizaba por ser un hombre “muy despiadado” y frío, según afirma Alberto Albacete, profesor de Criminología en la URJC, Jefe de Policía Local de Valdemoro y autor de la serie de artículos ‘Mala mente’.
‘El Arropiero’ nació en el seno de una familia humilde. Su padre fabricaba dulces con arrope, de ahí el apodo por el que se le conoce, su madre falleció siendo niño, por lo que tuvo que ser su abuela quien le criara. Su infancia transcurrió en un ambiente duro. Era un niño que tartamudeaba y era disléxico, además, nunca llegó a aprender a escribir, ni a leer. Según fue creciendo se fue viendo su carácter violento y la delincuencia empezó a ser su modo de vida, una vida que hacía en la calle como vagabundo
Sus crímenes
‘El Arropiero’ mataba indiscriminadamente, casi por puro placer, hasta que cometió el error de asesinar a su propia novia, lo que le puso en el punto de mira de las investigaciones. Una vez detenido, recorrió parte de España explicando a los agentes dónde y cómo había matado a sus víctimas, que no tenían un perfil determinado.
Primero mató a golpes en la cabeza con una piedra a un jefe de cocina que estaba dormitando un rato en la localidad barcelonesa de Garraf, sin ni si quiera haber hablado con él, después en un chalet de Cam Plana deshabitado, asesinó a una estudiante francesa de 21 años y una vez muerta la violó y así continuaron sus crímenes a cual más horrible e indiscriminado.
Según Albacete, su paso por la Legión, donde ingresó con 18 años, le llevó a aprender un golpe que le serviría luego para sus crímenes y que se conoce como ‘el golpe del legionario’. Su crueldad se muestra en un comentario que realizó a los agentes que le acompañaban durante un traslado. Los policías comentaban entre ellos el caso de un sangriento asesino mexicano y ‘el Arrropiero’ les dijo entonces “denme 24 horas y les aseguro que ese mexicano no tiene nada que hacer al lado de un asesino español”, cuenta Albacete.
Una vez en prisión y tras seis año y medio sin juicio, la Justicia emitió un auto de sobreseimiento, siendo declarado inimputable, lo que le salvo de sufrir el garrote vil. Sin embargo, acabó estando en hospitales psiquiátricos durante 25 años, hasta que recuperó la libertad. Su muerte se produjo por una enfermedad pulmonar a causa del tabaco.
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