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El arcade vuelve a Madrid para quedarse: "El que lo ha vivido, cuando entra aquí, siente esa añoranza"

El templo del arcade o Next Level Arcade son algunos de los locales abiertos en los últimos años en la Comunidad de Madrid para rendir homenaje al mundo de los recreativos

La vuelta del arcade en Madrid

'Pac-man', 'Tetris', 'Street Fighter'... En los años 80 y 90 estos juegos eran algunos de los indispensables en todas las salas de recreativos. Sus sonidos son todavía reconocibles para muchos aficionados que se pasaban las tardes moviendo un joystick y pulsando botones de colores. Desde hace unos años, en Madrid, asociaciones como el Templo del Arcade trabajan para que vuelvan a escucharse.

Javier, Jesús, Ángel y Manuel llevan la asociación donde restauran y preservan máquinas como las que disfrutaban en su infancia para que ahora otros puedan seguir jugando. "Yo he sido muy viciado de los recreativos, cuando salía del colegio mi partidita no me la quitaba nadie", reconoce Manuel. El Templo del Arcade abrió las puertas de su local al sur de la región, en Griñón, en octubre del año pasado. Allí, los entusiastas de los recreativos pueden encontrar 80 arcades, 18 pinballs y un par de futbolines.

La nostalgia, el motor de los nuevos recreativos

Es la nostalgia, dice Manuel, la que suele llevar a los socios hasta allí. Cuenta que el público que más les visita son familias. "Cuando entran aquí lo primero que dicen es 'ay, a esta máquina yo jugaba cuando era pequeño', le explica todo al hijo, ven las máquinas, el olor característico a la madera, el tubo de imagen... es que es todo", explica. "El que lo ha vivido, cuando entra aquí, siente esa añoranza".

Una experiencia de juego compartida

En el centro de Madrid hay también lugares donde se puede disfrutar de una partida en pantallas de baja resolución. Uno de ellos es Next Level Arcade, abierto desde 2017. En este rincón casi oculto al lado de la Gran Vía, los jugadores ponen a prueba su destreza. Han pasado ya más de treinta años de la época dorada de esta industria, pero locales como este se llenan todas las semanas.

"Vengo aquí porque me gusta jugar con gente", reconoce una de las aficionadas antes de empezar una partida de 'Come-cocos'. "Me gustan los clásicos", dice explicando su elección. Los jugadores suman puntos entre risas y con una bebida junto a la consola.

Una palanca y tres botones

Los personajes saltan, disparan, o lanzan puñetazos. Los aficionados, en el frenesí de la partida, explican con brevedad la técnica de su juego: "Básicamente disparas a todo lo que se mueva", "se salta y se lanzan burbujas". Acumular puntos, pasar niveles, acabar el juego: el ritual dura como máximo una tarde. Frente a la complejidad de los videojuegos actuales, muchos reconocen que la sencillez es uno de los atractivos de estas consolas retro. La máquina permite jugar a un padre con su hijo, a un amigo experto con uno que va a los recreativos por primera vez.

"Y si de niño siempre ha sido divertido, ¿por qué no ahora?", pregunta un chico mientras su amigo asiente y dispara a un 'marcianito'. Locales como El templo del arcade o Next Level Arcade consiguen crear esa ilusión: parece que el tiempo no ha pasado por estas máquinas.