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Albert DeSalvo, el estrangulador de Boston

Violó y asesino en esta ciudad norteamericana a 13 mujeres a principios de la década de los 60

Crónica en negro 1x9: Albert DeSalvo, el estrangulador de Boston.

Valdemoro

Se llamaba Albert Henrry DeSalvo, nacido en 1931, pero es más conocido por el sobrenombre de ‘el estrangulador de Boston’, ya que en esa ciudad, entre 1962 y 1964 violó y asesino en EEUU a 13 mujeres. Una historia que se ha llevado al cine, como se ha podido ver en una de las plataformas de contenido de pago.

Sus víctimas fueron todas mujeres solteras la entre 19 y 85 años. Su ‘modus operandi’ era siempre el mismo. Entraba en las casas fingiendo ser operario de mantenimiento o ganándose la confianza de la víctima diciendo que tenía el vehículo averiado en una autopista y estaba pidiendo ayuda. Al final entraba en el domicilio de la mujer y allí las violaba y las estrangulaba, generalmente, con una de sus medias, según relata Alberto Albacete, profesor de Criminología en la URJC, Jefe de Policía Local de Valdemoro y autor de la serie de artículos ‘Mala mente’.

La infancia de DeSalvo transcurrió en un hogar donde la violencia del padre era extrema. Se trataba de un hombre alcohólico y muy agresivo, hasta el punto de llegar a sacar los dientes a su esposa o romperle varios dedos. Fue un ambiente que le marcó, como se vio cuando empezó a torturar animales o cometer pequeños hurtos. Con doce años, cuenta Albacete, ya le detuvieron por varios delitos, aunque le pusieron en libertad, para volver a ser detenido por el robo de un vehículo.

‘Modus operandi’

Ya más mayor se incorporó al Ejército “del que se marchó con honores”. Tras este periplo comenzarían sus crímenes y violaciones. En los apartamentos de las víctimas nunca se encontraron signos de puertas forzadas o similares, por lo que los investigadores dedujeron que se ganaba previamente su confianza. Al ser tantas víctimas, los agentes llegaron a pensar que podrían ser asesinos distintos, “al no responder a un patrón de perfil de víctima, como ocurre con los asesinos en serie”, según Albacete. De hecho, él intento exculparse de la última muerte que se le atribuía, la de una anciana de 85 años, alegando que falleció de un infarto al corazón.

Sólo en un caso no llegó a matar a la mujer y fue ella la que denunció y dio detalles de cómo era. Contó también que después de haber sido atada con su ropa interior, DeSalvo la había violado y al marcharse se despidió con un “lo siento”. Finalmente fue condenado a cadena perpetua en 1967.

Su confesión fue objeto de controversia, ya que había un recluso con quien hablaba en prisión, que también reivindicaba algunos de los asesinatos atribuidos a DeSalvo, tal vez, por protagonismo, dice Albacete.

Estando en prisión se fugó, pero acabó ingresando de nuevo y allí murió tras ser apuñalado por otro interno. Según Albacete en el centro penitenciario se dedicaba a la venta de estupefacientes y por abaratar los precios, su ‘competencia’, le acabó quitando la vida a puñaladas.