Los desafíos de la vuelta al cole en una escuela rural, Nuestra Señora de Navahonda en Robledo de Chavela
El 80 por ciento del claustro es nuevo todos los cursos porque los a los maestros no les salen las cuentas en alquileres, y transporte
Así se prepara un colegio de pueblo para abrir sus puertas
Robledo de Chavela
El CEIP Nuestra Señora de Navahonda tiene un logo particular. Parece un cohete de los que surcan el espacio. Al acceder, el logo toma cuerpo en tres dimensiones, en el vestíbulo. El visitante que no se fije, podrá pensar que es un guiño a la estación orbital que dista del colegio doce kilómetros. Y efectivamente, pero no. Se trata de un lápiz, al cual le han afilado la punta, que sirve para escribir, y por lo tanto para pensar, con una goma al otro extremo para corregir los errores, porque para aprender es necesario errar. Al lápiz se le han añadido dos alas a cada lado, porque la educación da alas; y hace que aquellos que la desarrollan tenga la capacidad de poder modelar sus vidas. Y ésta es la filosofía de este colegio, por lo menos desde que Ana Elorriaga lo dirige con entusiasmo. No hay proyecto que pueda enriquecer el centro y a sus alumnos, al que se niegue. No hay más que leer la página web.
El centro es un colegio de adscripción única, es decir que está vinculado sólo a un centro de secundaria donde se garantiza la plaza. Tiene 260 alumnos, y este curso el claustro se ha renovado al 90 por ciento. No es la primera vez. "Robledo dista de Madrid 66 kilómetros, por una carretera llena de curvas. La estación de tren está a 10 minutos del pueblo y el servicio de Cercanías se acaba en El Escorial" afirma Ana Elorriaga. "Los maestros prefieren destinos más cercanos. A la hora de iniciar el curso es el doble de trabajo" para los nuevos, pero también para los de siempre. José Vicente es el profe de música. El es de los pocos que lleva mucho tiempo en el centro. Ocho años. Vive en El Escorial, y todos los días del curso, viene y va con su coche. "Estoy encantado" asegura al micrófono de la Cadena SER, "he estado en otros centros de la Comunidad de Madrid y he encontrado mi sitio". Laura no es de la misma opinión, ni ha tenido aún la misma suerte. "Aprobé la oposición, pero no saqué plaza. El curso pasado estaba en Cadalso de los Vidrios, otro colegio rural. Estoy en la lista de interinos, cada año nos destinan a un colegio diferente. Primero eligen los que más puntos tienen y luego los que estamos en la lista. Acabo de aterrizar en un centro donde no conozco a nadie, donde los espacios están desmontados desde junio, y ahora en tres días tienes que montarlo todo para recibir a los niños. A mi me hubiera gustado quedarme en Cadalso, porque me pilla más cerca de casa".
Hoy, es el lunes después del paso de la Dana. En Robledo cayeron más de cien litros por metro cuadrado en unas horas, lo que supuso daños en el colegio. "Mira, la pista parece un cenagal, está impracticable, en el interior hay goteras, parte del falso techo se nos ha caído, se ha roto un foco, no hay luz en el pabellón de infantil, y los operarios del Ayuntamiento, que no dan de sí, por los destrozos en el pueblo, nos han prometido que vendrán por la tarde, sino no podremos abrir el miércoles". Todo este lío es un añadido más a la preparación del inicio de curso. "La escuela pública y rural es la pupas en Madrid. Necesitamos ayuda" apunta la directora. "El trabajo se basa mucho en el voluntarismo de los profesionales, y eso no puede ser.
Se añade a la conversación el Jefe es estudios, que al tiempo es profe de Tecnología y Educación Física. Muchos como él imparten varias asignaturas. "Al final, coges una fregona, llevas las sillas que han sobrado al almacén municipal, arreglas los ordenadores, o te llevas una jeringuilla de adrenalina a una excursión para que a la niña que se puede poner mala, se las enchufes tú, y así estamos en muchos centros públicos muchos años."
A la hora en que se escribe el reportaje, la Administración de la Comunidad de Madrid no ha designado aun a tres maestros, lo que ha provocado que las clases hayan empezado con los suplentes en lugar de con los titulares - por utilizar términos futbolísticos.
Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid