¿Cómo nació el mundo según Persia?

Comunidad de Madrid

Arranca una nueva semana y, para hacerla más amena, toca hacer un nuevo viaje al pasado para conocer el origen del mundo y del ser humano según la visión de la antigua Persia, una civilización cuya mitología se desarrolló originalmente en la región conocida como Gran Irán, que abarcaba el Cáucaso, Asia Central, Asia Meridional y Asia Occidental y cuya visión de las cosas sirvió como inspiración a las tres grandes religiones abrahámicas.

Al principio, los persas formaban parte de un pueblo migratorio que se autodenominaba “ario” (que significa "noble" o "libre"); antes del tercer milenio a.C., una rama de este se asentó en la región que ahora se conoce como Irán, así como otra se asentó en el valle del Indo. Y, dado que ambas procedían del mismo entorno y cultura, compartían un sistema de creencias religiosas, que, con el tiempo, se desarrollaría como la tradición védica y el hinduismo de la India y la religión iraní primitiva, así como el zoroastrismo de Persia, una religión que influiría en el desarrollo del judaísmo, el cristianismo y el islam.

La antigua tradición religiosa persa se transmitía oralmente, aunque también se pueden encontrar algunos textos relacionados con ella, posteriores al inicio de las reformas del profeta Zoroastro (hacia 1500-1000 a.C.). De hecho, esas escrituras zoroastrianas son la fuente principal de la sección conocida como Yasht, que trata de las deidades, espíritus y otras entidades prezoroastrianas, reinterpretadas por el propio Zoroastro. entre las que destacan dos figuras opuestas entendidas como la personificación de la bondad, Ahura Mazda, y la maldad, Angra Mainyu, quienes protagonizan la historia del origen del mundo y de todas las criaturas que lo habitan, además dar un sentido a la propia vida.

Según la leyenda, el mundo fue creado por Ahura Mazda, ya que le dio forma y vida al mundo, antes de dársela al primer animal, un toro llamado Gavaevodta, el cual, más tarde, daría paso al resto de animales, aunque no sin la violenta intervención de Angra Mainyu, quien le asesinó por puro gusto y llevaría a Ahura Mazda a llevar el cadáver de la criatura a la luna para purificarlo, dejando, después, que su semilla purificada diera paso a todos los animales. De igual modo, una vez que todo estuvo en orden, creó al primer hombre, Gayomartan, descrito como un ser hermoso, aunque víctima, por igual, del mismo destino que ese toro primordial, tanto en su muerte como en el proceso posterior, el cual daría origen a la primera pareja humana y, posteriormente, a toda su estirpe, como una especie de Adán y Eva que, a su vez, serían víctimas de los engaños del enemigo de su dios creador y abrirían la puerta a un único destino para la especie humana.

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