Primeros pasos para declarar Bien de Interés Cultural la iglesia de San Salvador de Leganés
Después de tres años de reformas, la Comunidad de Madrid ha iniciado el expediente para proteger el templo barroco
Leganés
La parroquia San Salvador de Leganés ha pasado tres años cerrada para acometer unas reformas estructurales que han afianzado la estructura y han servido para indagar un poco más en sus orígenes y su historia. Después de su reapertura completa el pasado mes de septiembre, la Comunidad de Madrid ha iniciado el expediente para elevar el nivel de protección del edificio y declararlo Bien de Interés Cultural.
El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicaba este miércoles una resolución fechada el 3 de octubre de la Dirección General de Patrimonio Cultural por la que “se incoa el expediente de declaración como Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de monumento, de la iglesia parroquial de San Salvador en Leganés”.
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El expediente previo destaca que la iglesia parroquial de San Salvador en Leganés “es considerada un ejemplo relevante de la arquitectura madrileña de los siglos XVI y XVII, muestra de la tendencia tardogótica y del clasicismo ornamentado”, por lo que considera justificado iniciar los trabajos para dotar de protección institucional al templo.
Tras la notificación al Ayuntamiento de Leganés y al Obispado de Getafe, se solicita informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre dicha declaración de BIC. Al tiempo, se ha abierto un periodo de exposición pública del expediente, se da traslado al Ministerio de Cultura y se pide asesoramiento al Consejo Regional de Patrimonio Cultural.
El expediente describe el templo como de construcción a partir de la segunda mitad del siglo XVI sobre una iglesia anterior, con un siglo de duración para los trabajos, y destaca elementos como las puertas, que mantienen herrajes originales de los siglos XVII y XVIII; las campanas de bronce del siglo XVIII; el órgano del siglo XVIII; un plano en pergamino de 1655; un facistol en madera del siglo XVIII y dos cantorales del siglo XVII o XVIII; y, por encima de todo, los doce retablos barrocos de los siglos XVII y XVIII, de madera dorada y policromada, de José de Churriguera, el Mayor con una pintura de la Transfiguración del Señor con firma de Francesco Leonardoni.