La bici sigue buscando su lugar en las ciudades

Alcobendas

La Comunidad de Madrid ha prohibido temporalmente la entrada de patinetes eléctricos al sistema de transporte público por la explosión de uno de ellos en el Metro de Madrid.

La evolución del uso de la bicicleta tras la pandemia ha progresado con datos que reflejan que los hábitos han cambiado y, como muestra están los datos recabados desde la Encuesta de Movilidad en Días Laborables (EMEF) para la estadística oficial de la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona.

En general la movilidad sostenible, en concreto, los desplazamientos a pie, en bicicleta o vehículos de movilidad personal (VMP) alcanzaron los 9,7 millones, algo más de la mitad del total, un 17% más que en 2021 y un 8% más que en 2019, en periodo de la prepandemia.

Para saber si la tendencia continúa habrá que esperar los datos de este 2023, pero hay más signos que dan como resultado que hay ganas de utilizar la bicicleta y que se demanda a las ciudades impulsar su uso.

La cuestión es cómo impulsarlo, cuál es la fórmula, si con las plataformas municipales de bicicletas las que deben fomentar el cambio y saber si las dos ruedas deben integrarse en las calzadas o se segreguen, vayan por su carril. Está claro que, además de la adaptación de las ciudades, la educación es uno de los factores para generar una cultura del uso de la bici.

Mientras tanto llega el término de los plazos para la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones y las decisiones de los políticos de activarlas, mantenerlas o quitarlas como ocurre ya en algunas ciudades.

Tras las municipales, con nuevos consistorios también tienen en el punto de mira los carriles bici, implantarlos e, incluso quitarlos. El debate está servido y el objetivo es ganar la carrera al coche, a las emisiones de CO2 y conseguir mayores políticas de promoción.