¿Cómo nació el mundo en las Islas Canarias?
Las islas encierran muchos mitos relacionados con lugares que se encuentran entre el hecho histórico y la leyenda, como la isla de San Borondón o la Atlántida
¿Cómo nació el mundo en Canarias?
Comunidad de Madrid
Aunque físicamente lejanas, las Islas Canarias constituyen una de las partes más mágicas del territorio español. Este conjunto encierra mitos relacionados con diversos lugares que se encuentran entre el hecho histórico y la leyenda, como prueba su relación con la famosa Atlántida, la isla de San Borondón, el Jardín de las Hespérides, los Campos Elíseos, y un largo etcétera.
Esta relación con lugares pertenecientes a los mitos de otras culturas, por otro lado, demuestra el contacto que estas islas han mantenido contacto con múltiples visitantes, cuya herencia cultural ha terminado convirtiéndose en rasgos tan propios del lugar como de las leyendas autóctonas que explican su origen. Un claro ejemplo es la herencia de Grecia, algunas de cuyas leyendas encuentran una posible ubicación en este territorio debido a las corrientes marinas que lo rodean, que, en muchas ocasiones, se lo ponía difícil a los navegantes fenicios, griegos y romanos para alcanzar sus costas, ya que desviaban el curso de los navíos hacia el mar Caribe, desconocido por aquel entonces para los habitantes de este lado del mapa, por lo que los pocos afortunados que lograban regresar acompañaban sus testimonios de un halo de misterio y mitos, tales como el de la Atlántida, descrita por Platón como el pueblo más avanzado de la humanidad, lleno de riquezas y sabiduría, relacionada con el dios Poseidón, pero que acabaría sucumbiendo tras un cataclismo enviado por Zeus ante la degeneración de sus habitantes, quedando reducido este continente a simples cumbres de montañas que sobresalían del mar, a veces asociadas a Canarias, a veces asociadas a las Azores, Madeira, las Islas Canarias y Cabo Verde.
Por otro lado, si reparamos en la mirada de los aborígenes isleños, hay que reparar en el pueblo guanche, originario de Tenerife, cuyo contexto se sitúa antes de la llegada y conquista de los europeos lo largo del siglo XV. Los aborígenes canarios pueden ser englobados entre las culturas deístas, ya que creían en un ser supremo, creador y sustentador del mundo, que habitaba en el cielo, denominado de diferentes formas en función de la isla. Por ejemplo, en gran Canaria se le conocía como Acorán o Alcorac y, en La Palma, como Abora, mientras que en Lanzarote y Fuerteventura, se ha recogido el nombre de Althos.
En cuanto al origen del mundo para esta población, las tradición guanche tiene un mito muy conocido relacionado con el Teide, uno de sus símbolos más característicos del lugar. En él, se dice que en el volcán, considerado la entrada al infierno, habitaba un demonio llamado Guayota, considerado el mismísimo rey del mal y a quien se le atribuye el secuestro del dios del sol y la luz, Magec, ante lo cual, los guanches pidieron ayuda a Achamán, quien consiguió derrotar al demonio, sacar a Magec de las entrañas del volcán y taponar el cráter. Tras ese suceso, el dios decidió separar la isla del volcán, hasta que se crearon las siete Islas Canarias.
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