"Mi hijo jugaba 18 horas al día, engordó 25 kilos y me insultaba": el servicio público de Madrid para superar las adicciones a la tecnología
El Ejecutivo madrileño advierte que el Servicio de Atención de Adicciones Tecnológicas está viviendo un aumento de pacientes y casi un tercio de los jóvenes que han acudido lo han hecho en 2023
Madrid
Todo empezó con un regalo. Una videoconsola. Lina —una mujer que ha preferido no desvelar su verdadero nombre— regaló a su hijo uno de estos dispositivos cuando este apenas tenía 12 años. Poco a poco cambió la actitud del menor. Pasaba más tiempo encerrado en su cuarto, buscaba excusas para ausentarse del colegio y, con el tiempo, incluso su salud comenzó a verse perjudicada. "Viendo que mi hijo estaba feliz con los videojuegos, estaba contenta. Pero a medida que pasaba el tiempo empezaron los cambios de humor. No salía de la habitación. Hasta comía ahí. Llegó a engordar 25 kilos, tenía los tobillos como las rodillas. Ya no había manera de parar eso", cuenta Lina.
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Su hijo es uno de los 18.000 jóvenes que, desde el año 2018, han acudido al Servicio de Atención de Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid, un recurso público y gratuito con el que el Gobierno regional pretende acabar con una realidad cada vez más cotidiana: el uso indebido de los dispositivos electrónicos. Sin embargo, el recorrido que Lina y su hijo llevaron hasta encontrar esta ayuda fue largo. Duró años. Durante ese tiempo, recuerda, ambos vivieron un proceso que llegó a dinamitar la relación maternofilial. "Pasaba demasiado tiempo jugando a videojuegos. Llegó un punto en que no podía hablarle cuando jugaba, porque me insultaba, me empujaba. Me decía cosas muy feas. Su mundo era el juego, no había otra cosa. Dormía incluso con el móvil y, cuando le llamaban amigos de internet en mitad de la noche, se levantaba y se ponía a jugar. Pasaba entre 16 y 18 horas al día", cuenta.
Lina decidió que la situación no podía continuar así y comenzó a buscar ayuda. Clínicas o centros privados en los que pedían una cantidad económica para atender la situación de su hijo: "No hacía otra cosa que trabajar y llorar. Si me acercaba a él todo eran insultos. Me fui haciendo más pequeña, más nada. Así durante unos cuatro años. Fui buscando centros, privados, carísimos. Eso debería estar prohibido. Te cobraban 250 euros solo por una visita, para decirte algo que ya sabes: que tu hijo tiene una adicción. Luego, llegaban a pedirte 3.000 euros al mes".
Hoy por Hoy Las noticias de Madrid 08:20 (08/12/2023)
09:58
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Tras pasar por varios centros, psicólogos e, incluso, internar al menor en un colegio, Lina encontró el Servicio de Atención de Adicciones Tecnológicas de la Comunidad de Madrid. Varias entrevistas y después de un análisis del caso, fue admitido en el recurso. Ahí, Lina se enteró de que su hijo sufrió acoso escolar. Sri Devi Uranga Irusta, directora del servicio, explica que ese tipo de condicionantes externos son los principales causantes de las adicciones: "Esto pasa en todos los casos: adolescentes migrantes, en medio de un proceso de divorcio o víctimas de bullying. Una adicción no se da porque sí. No viene de la nada. Uno no se hace adicto con 13 años sin motivo".
Tan solo en 2023 este recurso público de la Comunidad de Madrid ha atendido a más de 7.000 personas, el doble que el año anterior, según datos ofrecidos por la consejera de Asuntos Sociales, Ana Dávila. En las adicciones tecnológicas, como en cualquier otro tipo, la vulnerabilidad juega un papel clave. "A mayor nivel, mayor predisposición a cualquier dependencia. Las tecnologías tienen unas características que favorecen esa dependencia: puedes consumirlas cuando quieras, no hay demora del deseo y están aceptadas socialmente. Tanto, que los adultos también tenemos dependencia de ellas", explica Uranga Irusta.
Las terapias del centro, que duran entre 3 y 6 meses, pasan también por el trabajo con los padres. "Solemos poner el foco en el menor. Aquí, en el foco, ponemos el foco en los padres. Porque esa dependencia suele venir de perfiles en los que las familias tienen dificultad para tener una estructura. Partimos de una base clara: siempre que se trabaja con menores, las cosas en casa tienen que cambiar", dice la directora. Uranga Irusta señala que la brecha generacional entre padres e hijos supone un peligro: "Los padres se ven ajenos. No les interesa el mundo en que viven sus hijos. El problema es que las tecnologías son como una galaxia, es infinita. Y no hay adultos responsables poniendo orden ahí dentro".
El trabajo con familias y jóvenes busca cambiar la situación en casa, sí; pero especialmente que los menores superen la adicción. Y lo consiguen. De hecho, según datos de la Consejería de Asuntos Sociales, el éxito de las terapias supera el 80%. El caso de Lina es uno de ellos. "Mi hijo, de hecho, ha vuelto a jugar. Pero a jugar de una forma normal. Aprueba el curso, sigue con sus estudios, tiene su grupo de amigos.... Mi hijo, ahora, tiene una vida normal: con su deporte, sus entrenamientos, sus amigos. Pero si el fin de semana está con videojuegos es un rato y, después, hace su vida normal", cuenta, orgullosa, Lina. "Hay muchas madres que están pasando lo que yo he vivido. Que no paguen. Tienen este servicio de manera gratuita. Con profesionales, con seguimiento y con resultados. Que vengan", dice.
El perfil del adicto es cada vez más joven
La Comunidad de Madrid ha anunciado que durante los primeros meses de 2024 este servicio se ampliará con equipos itinerantes que trabajarán en distintos municipios. El 88% de los niños españoles disponen de un teléfono móvil a los 13 años y, con 15, lo emplean hasta siete horas al día, según datos proporcionados por la consejera Dávila este jueves en la Asamblea. Esto provoca que el perfil del adicto sea cada vez más precoz, como señala la doctora Uranga Irusta: "Estamos detectando un aumento de perfiles adictos cada vez más jóvenes. Es algo que no contemplábamos". Dentro de estos perfiles, señala Uranga Irusta, también hay una cuestión de género: "Los chicos están con videojuegos y, ellas, con redes sociales. En estos casos, por cierto, también detectamos mucha exposición sexual en la red que les pone en riesgo".
Agustín Rodríguez-Sahagún
Graduado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. Máster de Periodismo UAM-El País. Redactor...