Shojo: el colectivo de 'skate' madrileño que crea espacios seguros para que patinen las mujeres
Las integrantes de Shojo buscan compartir su pasión por el 'skate', a la vez que animan a otras mujeres a aprender a patinar sin miedo a los prejuicios. Una red de apoyo en la que sentirse seguras para practicar este deporte.
Shojo: el colectivo de 'skate' madrileño que crea espacios seguros para que patinen las mujeres
Madrid
Tabla en mano, entre ollies y risas, las integrantes del colectivo Shojo disfrutan de practicar skate en plazas, parques y diferentes pistas de la capital. Este grupo de amigas, unidas por su pasión por patinar, se crea con la intención de ser un espacio seguro, una red de apoyo en el que las mujeres o personas del colectivo LGTBIQ+ puedan sentirse cómodas y protegidas a la hora de practicar este deporte.
Avril Vega (20) y Marta Fernández (21), integrantes del colectivo, explican al pie del Escombro D.I.Y (Madrid) - lugar en el que suelen quedar para patinar - que, cuando empezaron con el skate, casi no había otras mujeres practicando este deporte en la calle. "Cada una empezó un poco por su cuenta, patinando con la gente que conocía . Yo empecé en mi pueblo con los chicos que había. [...] Eran todo chicos y tú eras la única chica siempre", explica Marta.
Para Avril, los inicios en este deporte fueron parecidos. Rodeada de chicos, aprendió a patinar con miedo a los prejuicios y las equivocaciones; pero, en 2020, bajó a Madrid a practicar y, por primera vez, se encontró con otras chicas que compartían su afición.
"Bajé aquí, a Escombro, y me encontré a dos chicas patinando... nunca había visto a chicas patinar a parte de mí. Me pareció bastante increíble", comenta la skater. A partir de ahí, habló con sus compañeras de afición y empezaron a conformar - junto con el resto de integrantes - una gran amistad, que sirvió de base para crear Shojo.
Ambas patinadoras explican que, aunque cada vez se ven más mujeres practicando este deporte, el skate sigue estando muy masculinizado. Además de existir una serie de prejuicios e ideas preconcebidas que dificultan que las mujeres se animen a practicarlo. "Shojo es una plataforma para chicas y gente del colectivo LGTBIQ+. [...] Para aprender en un entorno seguro, que es algo que a nosotras nos costó, y queremos que las chicas de cualquier edad puedan tenerlo", añade Marta.
Prejuicios hacia la mujer que patina
Este colectivo busca, sobre todo, ser una red de apoyo y un espacio seguro en el que las mujeres se sientan cómodas a la hora de patinar. Porque, aunque se ha avanzado algo, todavía existen muchos prejuicios con las mujeres que practican skate. Algo que, explican las entrevistadas, ellas ya tienen asumido, pero que sigue frenando a muchas chicas por el miedo a pasar vergüenza, por no sentirse cómodas o por temor al qué dirán.
"Hablamos esto con todo Shojo. La mayoría de nosotras nos escondíamos ya sea en un parking, detrás de un coche o donde sea para coger el patín y aprender con ese miedo a los prejuicios", retrata Avril.
Para evitar que eso les pase a otras mujeres, Shojo organiza diferentes quedadas y clases para aprender a patinar. Eventos en los que se han animado a participar hasta madres con hijas pequeñas y que enorgullecen a las integrantes del grupo, porque el colectivo cada vez crece más y avanza rompiendo tabús.
Otro de los grandes problemas que señalan las entrevistadas son los prejuicios hacia las mujeres que triunfan en el skate. Ellas ponen el ejemplo de su compañera Cece - a la que consideran una de las mejores patinadoras de Madrid - que, a pesar de su estilo propio y su gran habilidad con el patín, muchas veces sigue recibiendo comentarios machistas cuando sube vídeos patinando en redes sociales.
Comportamientos reprobables contra los que luchan para hacer del skate, un deporte más inclusivo con las mujeres y en el que se pueda disfrutar sin miedo a los prejuicios, aprendiendo de los errores, cayéndose y levantándose hasta aprender un truco. No hay otra forma de aprender, señalan las entrevistadas, y nadie debería sentirse avergonzado por ello.
Las integrantes del colectivo Shojo, por el momento, se muestran muy orgullosas de la acogida que está teniendo su iniciativa. Un grupo que desconocen hasta cuándo durará, pero del que saben que se han llevado una gran amistad.