Galicia, la tierra que enamoró al mismísimo Júpiter
En la región se reúnen mitos celtas y grecolatinos, además de ofrecer un amplio escenario en el que viven las brujas y una magia que explica el origen de algunos de sus rasgos más característicos
Galicia, la tierra que enamoró al mismo Júpiter
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Comunidad de Madrid
Dentro de las regiones que componen el mapa nacional, Galicia es una de las que más magia encierra, ofreciendo un gran abanico de mitos procedentes de la cultura celta y grecolatina, los cuales llegan, incluso, a explicar su propio origen. Además, es tierra de brujas y leyendas autóctonas que han construido, con el paso del tiempo, una envidiable identidad propia dentro del territorio.
La mitología gallega es un conjunto de historias que se pueden conocer a través de discursos, narraciones o expresiones culturales de origen sagrado que, posteriormente, fueron secularizados, además de discursos relacionados con esta cultura en un momento determinado, o una serie de creencias de carácter imaginario. Como suele pasar con otras muchas culturas, algunas de las historias que se pueden encontrar en el territorio gallego. Sirven como forma de explicar fenómenos que, en un momento dado, eran inexplicables, aunque no todas cumplen con este propósito explicativo; es cierto que la mayoría de ellos están relacionados con una fuerza natural o deidad, pero muchos son, simplemente, historias y leyendas que se han transmitido oralmente de generación en generación, a veces como simples cuentos para entretener, otras para enseñar alguna que otra lección.
So uno se detiene en esas historias explicativas, algunas pueden, incluso, explicar el origen de algunos lugares conocidos de la geografía gallega, como los Cañones del Sil, cuya existencia deben al mismísimo júpiter y a su esposa, Juno.
Según esta leyenda grecolatina, Júpiter se enamoró perdidamente de Galicia al contemplarla un día, ya que se quedó prendado de su belleza, lo que provocó unos celos terribles en Juno al encontrarle pensando en ella. Por ello, la diosa provocó a la tierra una herida tan profunda que formó unos profundos cañones en ella. Ante esa imagen, el dios decidió cubrir la cicatriz con las aguas del río Sil, dando origen a lo que hoy se conoce como los Cañones del Sil, el recuerdo del episodio.
Por otro lado, se pueden encontrar reminiscencias de la presencia celta en el lugar, como la festividad del Samhain y la Beltane, en la que se encienden hogueras en las montañas y se celebrara una recogida nocturna en los campos de cultivo con antorchas.
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