Mitos hebreos: descubriendo a Asherah, la diosa perdida
La cultura hebrea, pese a su antigüedad, ofrece una gran cantidad de historias, algunas de ellas referentes a una época en la que Yahveh compartía fama con su esposa
Mitos hebreos: descubriendo a Asherah, la diosa perdida
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Comunidad de Madrid
La cultura hebrea es, quizá, una de las culturas más antiguas del mundo que, hoy en día, siguen vigentes y gozan de una gran popularidad. De hecho, es la raíz de la que parten tanto el cristianismo y como Islam actuales, aunque algunos mitos, pese a su fama, cuentan con algunos rasgos que han permanecido en secreto, como Asherah, esposa de Yahveh y diosa desconocida para muchos.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que, si uno se detiene en lo objetivo, aun estando profundamente ligada a la historia sagrada judía, la mitología y el folclore de este pueblo consisten en los cuentos populares y leyendas, aunque, lamentablemente, el folclore primitivo que se ha podido conservar, es muy escaso; si bien, lo que sí se ha podido conservar, está más ligado a la literatura agadá (o rabínica), que contiene las anécdotas históricas, exhortaciones morales y consejos prácticos en diferentes esferas. Pero, para hablar de esta mitología, primero, hay que acudir al Tanaj, ya que contiene todas las creencias sagradas judías, desde la creación del mundo, incluyendo las intervenciones de Yahveh, sus mandamientos, leyes, condiciones para los rituales y milagros contenidos en la Torah, así como el relato histórico que relata la trayectoria de Israel retrotrayendo la historia de las doce tribus hasta Adán y Eva.
También se puede acudir al Talmud, puesto que en él aparecen algunas fábulas que sirven de lección, como la que cuenta la discusión entre un ciervo y un león, ambos de inmenso tamaño. Según la historia, un día, el emperador de Roma pidió a un rabino que le enseñara ese león, ya que, según sostenía, todos los leones podían matarse, pero el rabino se negó, afirmando que este no era un león normal; el emperador insistió, así que el rabino llamó al león del bosque y, este, rugió a lo lejos con tanta fuerza que hizo que las murallas de Roma se estremecieran.
Lógicamente, las leyendas que conforman la cosmología hebrea comienzan con el mito de la creación del paraíso, del diluvio universal, de la torre de Babel y de los gigantes, todos relacionados con a la historia de los orígenes y son la introducción a la vocación de Abraham (relatos compartidos con el Islam). Pero, si uno quiere ver elementos del imaginario hebreo realmente llamativo, es preciso retroceder a los primeros tiempos, en donde se puede encontrar un culto politeísta, en el que no sólo se rendía culto a Yahveh, sino también a la diosa Asherah, la esposa desconocida de Dios. Pero, en el siglo VII a.C. el culto a la diosa empezó a verse como un mal y se terminó prohibiendo, aunque no se ha olvidado todo de ella, puesto que se tiene cierta noción de la misma que se relaciona con la fertilidad (información que ha sido basada en antiguos textos, amuletos y figuras encontradas en la ciudad de Ugarit, hoy Siria). De igual modo, en el Libro de los Reyes se dice que una estatua de Asherah yacía en el templo y que personal femenino tejía vestimentas rituales para ella, por no hablar de que, en el 'Libro de Jeremías', existe una posible referencia a esta diosa cuando se habla de “La Reina del Cielo”.
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