"Es muy satisfactorio ver que Cruz Roja siempre está ahí": Fernando Criado, socio de la entidad desde hace 54 años

Móstoles

"Es muy satisfactorio ver que Cruz Roja siempre está ahí" dice Fernando Criado, socio de Cruz Roja desde hace 54 años y que siente orgullo al encender la televisión y ver a los miembros de la organización en la primera línea de todos los conflictos y desastres mundiales. Además de él, Fernando Muñoz socio desde hace 45 años y David Navalón, director técnico de Cruz Roja Móstoles pasan por los micrófonos de Hoy por Hoy SER Madrid Oeste para hablar de la organización y de su experiencia colaborando.

Los dos Fernandos llevan más de 40 años colaborando en la asociación y rememoran los tiempos en los que se hicieron socios. Recuerdan el puesto en la plaza del Pradillo, que veían cuando iban en moto a tomar el café con los amigos. Se acuerdan también de los tiempos en los que iba un voluntario presencialmente a casa de los socios a recoger las donaciones, aunque prefieren la comodidad de tener domiciliado el pago. Cruz Roja Móstoles tiene sede física desde 1976. En aquella época no había hospitales en la ciudad, tan solo centros de salud, por lo que el puesto de socorro era el de la cruz roja, lo que provocó una gran fidelización a la organización. Actualmente la sede de Móstoles cuenta con 5.100 socios que son claves para su labor de ayuda a los más desfavorecidos.

Cruz Roja Móstoles busca socios como los dos Fernandos ya que, según explica David, lo que aportan estos a través de sus donaciones supone un 25% de los fondos que manejan. Actualmente la organización cuenta con 1.350.000 socios y ayuda a más de 15.000.000 de personas por todo el mundo.

David explica también el apoyo que sintió la organización, por parte de los socios y de los que no son socios, durante la etapa de la pandemia. A nivel nacional Cruz Roja recaudó 11 millones de euros para paliar los efectos que el virus tuvo en la vida de la gente. "En esa época hubo semanas que multiplicamos por diez la gente que venía a pedirnos ayuda" dice David, que declara también que ir a trabajar era como ir a la guerra y que tuvieron una sobresaturación tremenda. Sin embargo los gestos de apoyo como las donaciones de mascarillas hechas a mano o el envío de cartas, ayudaron a los voluntarios que se encontraban en primera línea a sacar la situación adelante.