Las altas temperaturas para la época adelanta la aparición de orugas procesionarias que ya se ven en Leganés y Getafe
En el municipio leganense ya se han visto en La Fortuna y El Carrascal y el Ayuntamiento asegura que vienen actuando para prevenir plagas desde diciembre. En Getafe se han detecto en el parque Lorenzo Azofra
Violeta Bonet, concejala de Medio Ambiente de Leganés, explica la actuación de su Ayuntamiento sobre la aparición de orugas procesionarias.
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Leganés
Las alertas vecinales a los ayuntamientos están siendo claves para detectar la aparición de la oruga procesionaria que tantos problemas de alergias causan a personas y mascotas. En Leganés, según ha contado a SER Madrid Sur, la concejala de Medio Ambiente, Violeta Bonet, ya han recibido dos comunicaciones de vecinos sobre la aparición de orugas en La Fortuna y El Carrascal.
Bonet asegura que llevan actuando con medidas preventivas desde el pasado mes de diciembre y reconoce que las altas temperaturas, impropias de estos meses que estamos viviendo, han adelantado su bajada de los árboles, generalmente pinos y cedros, donde hacen sus “bolsones” para desarrollarse.
Además, de estas dos zonas donde se han detectado, la concejalía trabaja también en otras como Los Frailes, San Nicasio, “donde hay bastantes pinos y cedros” en el Ensanche y en el Arroyo Culebro, No obstante, la edil explica que se trata de una actuación que comienza meses antes. En verano es cuando, cada año en árboles distintos, se inyecta en la corteza un producto fitosanitario específico. Después en diciembre se cortan “los bolsones donde están metidas las orugas, para que el animal no llegue al suelo”.
Las orugas procesionarias están cubiertas de pelos urticantes con una toxina que resulta perjudicial para los perros, a los que les provoca una reacción alérgica, pero los humanos también se pueden ver afectados por urticarias de distinta gravedad. Hay que tener en cuenta que eso pelos de las orugas flotan en el aire y provocan irritación en ojos, nariz y garganta. Por eso, la concejala ha hecho un llamamiento a que si se ven estos animales en zonas cercanas a colegios o en fincas privadas se avise al Ayuntamiento para que pueda actuar.
El ciclo de estos animales empieza cuando las mariposas en verano depositan sus huevos en las hojas de los árboles. En octubre y noviembre eclosionan y van creciendo. “En febrero bajan por el tronco del árbol y se entierran a uno diez centímetros de la tierra, donde se convierten en capullo”, para luego en mayo hacer la metamorfosis convirtiéndose en mariposas, según ha explicado Bonet.
En Getafe también aparecen ya
Vecinos de Getafe también han alertado de la aparición de columnas de orugas procesionarias en diferentes lugares del parque Lorenzo Azofra y en La Alhóndiga-Sector III, según EP.
En redes sociales los vecinos han alertado de esta situación asegurando que son “bastante numerosas por la zona del paseo principal del algo del Parque de La Alhóndiga-Sector III’.
El personal de jardinería del parque Lorenzo Azofra ya está avisado de la situación. El Ayuntamiento de Getafe adjudicó en 2020 un contrato a una empresas encargada de tratamientos fitosanitarios, que incluye control de plagas con insecticidas, además de la retirada de nidos de orugas procesionarias y bolsas de insectos.
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