Carnaval, una cita para los dioses más fiesteros
El Carnaval se celebraba durante los tres días que precedían al Miércoles de Ceniza, pudiéndose encontrar unas raíces paganas en las que muchos dioses tienen cabida
Carnaval, una cita para los dioses más fiesteros
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Comunidad de Madrid
El Carnaval es una de las citas anuales más esperadas y alegres del año. No en vano, en ella suelen tomar protagonismo muchas figuras divinas de carácter fiestero y burlón, a menudo como contraposición a otras fechas que le siguen. Tradicionalmente, se celebra durante los tres días que preceden al Miércoles de Ceniza, en los que el desenfreno y la burla a la autoridad toman el control.
Durante muchos siglos, el Carnaval ocupó un lugar muy importante en la vida de los pueblos y las ciudades de Europa. Eran tres días durante los cuales, las gentes se entregaban a una exaltación colectiva y a toda clase de excesos, por lo general prohibidos el resto del año. Además, hoy en día, sigue combinando diferentes elementos, como los disfraces, los desfiles, la música y la fiesta, habiéndose convertido en todo un símbolo nacional en muchos territorios; según el libro Guinness de los récords, la celebración del Carnaval más grande del mundo es la de Río de Janeiro, aunque también es conocido el Mardi Grass estadounidense, el Carnaval de Tenerife y el Carnaval de Cádiz.
En cuanto a los orígenes de esta fiesta, podemos remontarnos hasta las fiestas Dionisiacas de Grecia, realizadas en honor al dios Dioniso, así como a las celebraciones que se realizaban en honor al toro Apis en Egipto. Sin embargo, no hay evidencia de que se hayan celebrado fiestas similares por las mismas fechas antes del año 1.200, ya que los registros del verdadero origen del Carnaval datan de 5.000 años atrás entre las poblaciones sumerias y egipcias.
La fiesta popular conserva, aún en su carácter profano, una estructura y una función míticas, como la repetición periódica de la creación y la necesidad del hombre de reactualizar un espacio o un tiempo; y es que esta es una fiesta muy asociada a la destrucción para el renacimiento, habiendo dado pie, en algunas culturas, a los sacrificios, bien humanos (reales o simbólicos) o de animales, con lo que reflejaban facetas de diversos mitos de la creación, y sirviendo para marcar nuevos comienzos en la vida. Además, en muchos de esos mitos a los que aludían, es la muerte de un dios la que da vida al género humano, dando así paso a la mortalidad. Por ejemplo, es Dioniso quien mejor ilustra esta idea, ya que se le veía como el dios del vino, pero también de la muerte y la resurrección, ya que moría como como el grano de uva y resucitaba en forma de vino nuevo, embriagando a sus fieles.
Por otro lado, en Carnaval también tiene cabida otra gran figura: el diablo, símbolo de transgresión y origen de tradiciones como La diablada, en donde actores, vestidos de diablos, bailan y corren por las calles, animando a los vecinos. Esto se debe a que el diablo representaba la fuerza de lo bajo material y corporal que da la muerte, además de la regeneración, dándole un toque más amable y cómico.
Por último, tampoco se puede hablar del Carnaval sin hablar del dios Momo, quien, en la mitología griega, era la personificación del sarcasmo, las burlas y la agudeza irónica. Era el dios de los escritores y poetas e hijo de Nix (la noche), según Hesíodo. Sin embargo, a pesar de parecer una deidad bromista, otros autores le han atribuido un carácter poco deseable, lo que le llevaría a ser expulsado del Olimpo.
Si quieres saber más sobre estos personajes y esta fiesta, ¡no te puedes perder la sección de esta semana!