Talleres de nuevas masculinidades: “No hay lado masculino o femenino; si me emociono, es mi lado humano”
La asociación “Masculinidades BETA” ha creado este taller para reflexionar sobre la construcción masculina, la corresponsabilidad o la prevención de la violencia
Talleres de nuevas masculinidades
Madrid
“Chicos, ¡hola! ¿Qué tal, cómo estáis? Bueno, espero que hayáis tenido unos buenos quince días. En la última sesión hablamos de la sexualidad y qué va bien y qué va mal, podemos seguir con ese tema o, también, os quería proponer que habláramos sobre el 8M, ya que nos interpela a nosotros también como hombres (…)”. Así comienza el taller “Descifrando la masculinidad”. Es la tercera vez que este grupo de hombres se reúne en el Espacio de Igualdad Nieves Torres en el distrito de Chamartín para hablar sobre las masculinidades.
Normalmente los espacios de igualdad son lugares donde se trabaja, fundamentalmente, con mujeres, “en actividades grupales puede acudir toda la ciudadanía y trabajamos para la prevención de la violencia machista y la sensibilización de la igualdad entre mujeres y hombres” explica Lorena Torres, coordinadora del Espacio de Igualdad Nieves Torres.
Con la asociación “Masculinidades BETA” y su vicepresidente y especialista en Género, Masculinidades e Igualdad, Miguel Lázaro, han creado este taller, planteado como “un lugar de reflexión y toma de conciencia sobre lo que es la construcción masculina, trabajando sobre la corresponsabilidad, la prevención de la violencia, el fomento de las relaciones igualitarias o los buenos tratos”.
“A mí me parece que el patriarcado es un veneno que nos otorga a los hombres un montón de poder, pero ese poder no es gratis. Pagamos un impuesto para eso”. Es uno de los primeros pensamientos de Saúl, uno de los hombres que acude a “Descifrando la masculinidad”.
El grupo, sentado en círculo en una pequeña sala acristalada del centro, comienza a plantearse qué es la masculinidad y cómo ha trazado diversos comportamientos y actitudes en sus vidas como hombres, construcciones de las que hablan Saúl, Darío, Paúl o César.
“Trabajamos por provocar un cambio en los hombres a nivel personal y a nivel colectivo; creemos que es necesario para lograr el cambio que propone el feminismo, que lideran las mujeres, pero es necesario que no se produzca solo por parte de ellas”, Miguel Lázaro comienza su base teórica en el feminismo como proyecto común, en el que “la corresponsabilidad de los hombres es uno de los motores para los cambios hacia la igualdad”.
“Todo está empapado por el género, las masculinidades y la sexualidad”
El taller pone en el centro “los cuidados”, que, de alguna manera, la construcción masculina, “está cimentada en el rechazo de estos, porque los entendemos como algo femenino, relativo a las mujeres”. Miguel concluye con que “si los hombres crean su identidad sobre el rechazo a todo lo que aprendemos que es femenino, conlleva entonces un rechazo a los cuidados”.
Una de las vertientes de la que todos los participantes mencionan haberse dado cuenta a lo largo de las sesiones del taller es la atención a los autocuidados, la afectividad o el expresar sentimientos como parte alejada de los criterios sociales que conforman la masculinidad y el “ser hombre”.
Esto puede verse reflejado en la esperanza de vida, continúa Miguel, “en España es seis años menos que la de las mujeres, por lo que si los hombres aprendemos a no cuidarnos ni tampoco a empatizar con los cuidados que necesitan las personas que nos rodean, es muy difícil que interioricemos cambios profundos, que son cambios no solamente de nuestra forma de vivir o de qué hacemos con nuestro tiempo, sino también en qué prestamos atención, la subjetividad. Se nos ha entrenado en no olvidar, por ejemplo, cuando hay que cambiar el aceite al coche o en pensar que en casa tenemos que tener bombillas, herramientas, etc.”.
“Todo está empapado por el género, las masculinidades y la sexualidad”, explican, por ejemplo, se puede ver en películas, series o libros. Darío pone de ejemplo al personaje que interpreta Bruce Willis en Jungla de Cristal, donde se encuentra en una situación al final en la que todo es caótico y parece que va a acabar mal, “pero él, como hombre masculino prototípico, soluciona todo estoicamente y, encima, termina con la chica”.
Autocuidados y afectividad
Debates sobre ideas y temas que propone Miguel, que cada uno de los usuarios lleva a sus experiencias personales como Paúl, el único de los presentes con hijos, que comenta que acude a este taller, sobre todo, para aprender sobre la corresponsabilidad. “Es una demanda de mi mujer, que yo pensaba que estaba cumpliendo mejor de lo que me decía. En un primer momento pensé que estaba equivocada, pero luego me di cuenta de que si me lo decía, era por algo”, admite.
César explica cómo desde las bases sociales se nos ha enseñado cómo debemos ser dependiendo de nuestro sexo, y se abre comentando “como siendo un hombre homosexual, el no encajar en lo que es un hombre prototípico masculino”, ha hecho tambalearse su autoestima y su percepción de sí mismo, que ahora está intentando “comprender mejor”.
La sexualidad es un tema muy utilizado para medir la masculinidad, Darío expresa que “no hay muchos espacios para hablar con otros hombres que quieran entender estas situaciones” y que había sentido “un estrés y ansiedad reales” al volver de un viaje y no haber “ligado” con ninguna mujer, por miedo a que cuando volviese le cuestionasen como hombre. Cuestionamientos que todos sienten cuando se muestran afectivos, como Paúl: “mi grupo es relativamente abierto y feminista, pero solo teníamos una relación de ocio”. Aclara que con este taller ha aprendido a poder acompañar a mis seres queridos en momentos delicados, “como hacerles compañía yendo al cine, pero además darles un abrazo y preguntarles cómo están”.
Talleres para “ser hombres” y feminismo
Estos talleres pueden confundirse con los populares cursos de “cómo ser hombres”. Miguel Lázaro aclara que en ese tipo de sesiones “ hay un tipo de perfiles de influencers o de comunicadores que sí lanzan un mensaje relacionado con la masculinidad, pero no buscan cuestionarla, sino reforzarla”. Se encontrarían en una visión “opuesta” a lo que en “Descifrando la masculinidades” quieren transmitir, “porque la visión que trabajamos aquí es preguntarnos qué es la masculinidad y darle una vuelta, incluso intentar desembarazarnos de ella”.
Todo el auge de estos talleres, amplía Miguel, “es una reacción al avance del feminismo de los últimos años”. La voluntad de intentar comprender y aplicar los conocimientos sobre los prejuicios de los estigmas sociales sobre qué es masculino, femenino y todo lo que conlleva –“consumo de pornografía, adaptarse a utilizar la violencia y a la agresividad como respuesta a los problemas, adicciones, etc.”, además de revisar qué hace esa sociedad con la vida de los hombres y las mujeres “es lo que hay que hacer para llegar a una igualdad”.
Con esa revisión interior de su lugar en el mundo como hombres y la influencia de las etiquetas masculinas en su desarrollo personal, aprenden a cómo acompañar y qué aportar al movimiento feminista, un tema destacado por encontrarnos en la semana del 8M, “Día Internacional de la Mujer”. Concluyen que “no podemos esperar que la mitad de la población, los hombres, cambie solo porque las mujeres nos empujen a ello. Hay que buscar los mecanismos, por tierra mar y aire, para llegar a los hombres y cuestionar qué entienden por masculino y femenino (...), porque no creo haya un lado femenino y otro masculino, creo que si me emociono o lloro, ese es mi lado humano”.