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El pequeño, pero activo, Garrapinos

Es residente habitual durante todo el año en la Península, calculándose unos 6 millones de individuos

Nuestra naturaleza: El pequeño, pero activo, Garrapinos

Colmenar Viejo

De la familia de los páridos (aves paseriformes, pequeñas, vivarachas y rechonchas de pico corto, que incluye unas 14 especies de Carboneros y Herrerillos), es la de menor tamaño de las que habitan en la Península Ibérica.

No se encuentran ni en Baleares ni en Canarias. De largo tiene unos 11 cm y de envergadura unos 20. Su peso no llega a los 10 gramos. Tiene el dorso negro brillante, mejillas blancas, mentón y garganta negros y una característica mancha blanca en la nuca; pecho y abdomen son de color ocre amarillento. Su doble franja alar blanca es única entre los páridos. No hay dimorfismo sexual salvo por leve mayor tamaño de los machos.

Es residente habitual durante todo el año en la Península, calculándose unos 6 millones de individuos.

Le gustan los bosques de coníferas, pero en invierno bajan a zonas más cálidas incluso a parques urbanos. Muestra una gran actividad buscando alimento: arañas y pequeños insectos, así como semillas de las puntas de las hojas. Esta actividad es frenética para la pareja durante el periodo de crecimiento de sus polluelos.

Son monógamos y empiezan a criar al primer año de vida. El nido lo construye la hembra con musgo, pelusas, plumas, hilo de arañas…, en oquedades del tronco, taludes o huecos de muros. También cría fácil en cajas nido.

La época de cría es a primeros de mayo. A veces hacen 2 puestas, separadas 1 mes. Ponen 6-7 huevos de hasta 1,5 cm de diámetro que incuban solo las hembras, aunque en la alimentación de los pollos se afanan ambos padres, durante las 2-3 semanas que tardan en salir volando, lo que consigue hasta un 90% (algo menos en zonas pirenaicas más altas).

De los páridos el más sociable. Se les ve también junto a otras especies formando bandos mixtos, sobre todo al final del verano e invierno. Esto le ayuda a protegerse de depredadores, aunque al ser el más pequeño se ve relegado a las zonas más expuestas (puntas de ramas) sobre todo en periodos de carencia de recursos. La densidad de los grupos aumenta en las zonas y momentos con más riesgo de depredación.

Durante el periodo de cría se les ve en solitario, centrados en la alimentación de los pollos, explotando un área de un radio de 50-100m.

Sobre el Carbonero Garrapinos conocemos más esta semana, en nuestro espacio de conocer la naturaleza de la zona norte de Madrid, acompañados en esta ocasión por Enrique Rodríguez-Salinas, miembro de ANAPRI.