"El apego es indispensable para el buen desarrollo de la personalidad": Lucía Regalado, psicóloga del SPANT de Punto Omega
Este miércoles, La profesional de esta entidad explica los diferentes tipos y comenta cómo podemos trabajarlo
Sección "Punto Omega": "El apego es indispensable para el buen desarrollo de la personalidad"
Móstoles
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño o niña de forma innata al relacionarse con sus cuidadores o figuras de apego, y que le proporciona seguridad emocional. Es indispensable para el buen desarrollo de la personalidad y le permitirá desarrollarse física, social y emocionalmente en un futuro. La psicóloga del SPANT, Lucía Regalado Tarilonte, explica los diferentes tipos y comenta cómo podemos trabajarlo en la sección "Punto Omega" de Hoy por Hoy Madrid Oeste.
Existen tres tipos de apego:
El apego seguro está caracterizado por la incondicionalidad: el niño o la niña sabe que su cuidador o cuidadora no va a fallarle. Siente que le quieren, le protegen y le valoran. Este vínculo va a proporcionar al menor más capacidades de afrontamiento y adaptación al entorno, además de una mayor capacidad para manejar emocionalmente situaciones estresantes.
En el caso del apego ambivalente, el niño o la niña no confía en sus figuras de apego y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y otras veces no. Se podría decir que lo constante en los cuidadores es la inconsistencia en las conductas de cuidado y seguridad. Las emociones más frecuentes en menores con en este tipo de apego son el miedo y la angustia ante las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando su cuidador o cuidadora vuelve.
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Por último está el apego evitativo. Los niños o niñas con este tipo de apego han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de su figura de apego, se interesan sólo en sus juguetes y evitan contacto cercano con otras personas. Lo constante en este caso han sido conductas de sus cuidadores que no han generado suficiente seguridad, provocando una preferencia por la distancia emocional para evitar el sufrimiento.
Para crear un apego seguro es importante identificar y cubrir las necesidades de nuestro hijo o hija, especialmente durante la primera etapa, y poner atención a las muestras de cariño y de contacto físico que tenemos, ya que el apego se conforma en el día a día desde que nacen hasta la adultez. La atención y el cariño no deben condicionarse al comportamiento del niño o niña. Por ejemplo, no debe darse únicamente cuando sacan buenas notas. Para que esto suceda, y se pueda responder a las necesidades del niño o niña, es primordial ser capaz de reconocer y comprender las emociones, tanto ajenas como propias, y priorizar la creación de ese vínculo de confianza.
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